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Cuando ___ Turner despertó lo primero que sintió, fue un creciente dolor de cabeza, naúseas y la boca terriblemente seca

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Cuando ___ Turner despertó lo primero que sintió, fue un creciente dolor de cabeza, naúseas y la boca terriblemente seca. El principio de un gruñido se formó en la parte posterior de su garganta, pero hasta eso, suponía un excesivo esfuerzo para su cuerpo resacoso.

Agradeció al universo que el cuarto siguiera a oscuras gracias a las cortinas, pues no se creía capaz de soportar la irritante luz del sol a esas horas de la mañana.

Su malestar se convirtió en pánico, cuando al voltear, vio un bulto a su lado. Un grito ahogado se le escapó de los labios al entrever unos desordenados rizos oscuros entre ese lío de sábanas.

Se apoyó sobre su codo y cuidadosamente se inclinó sobre el cuerpo con el que había compartido cama. Unas facciones definidas que ella conocía muy bien, acompañadas de una cabellera rizada a la que tantas veces había acariciado, fueron el inicio de su sentencia.

Con creciente horror, la diosa comprobó que estaba completamente desnuda, y a juzgar por las circunstancias, apostaba que su compañero estaría en la misma situación.

Definitivamente algo había pasado en esa cama.

—Por los cielos. —chilló en un susurro, con el miedo atrapado en la garganta.

Miró de nuevo a su compañero, con quien por lo visto había tenido relaciones la noche anterior y sin poder aguantar más, salió de la cama a tropezones.

Agarró el primer camisón que vio y salió de la habitación, para luego darse cuenta, de que esa ni siquiera era su casa.

Ya en la cocina, tomó un gran vaso de agua, para así pensar con relativa claridad. La noche anterior había sido extraña.

Poco a poco recordaba haberse quedado en la barra de bebidas, en un intento de alejar sus pensamientos complicados de su mente. Recordaba cómo, después de unos tragos, finalmente se había soltado y hablaba entre carcajadas escandalosas con los asgardianos que estaban cerca de ella.

Recordaba cómo salió a bailar con un pelirrojo de sonrisa coqueta en determinado momento de la noche, y como, tiempo después, terminó este último siendo alejado por un celoso Loki.

Recordaba su corazón acelerado por la mínima cercanía de sus manos hacia su trasero en el momento en que la cargó fuera de la fiesta, y se sonrojó inmediatamente ante ello.

Después de eso, sus recuerdos estaban borrosos. Recordaba haber estado cortejando a Loki, diciéndole que ella lo amaba mucho y...

¿Qué más había dicho?

¿Thor se habría entrado?

¡Joder! No pienses en Thor ahora.

—De acuerdo, cálmate, quizás ni siquiera pasó eso; quizás te besaste con ese pelirrojo buenorro, luego Loki lo detuvo, y vinimos a descansar tranquilamente. —se murmuró a sí misma en un intento de tranquilizarse, a pesar de lo ridículo de sus palabras.

—O quizás producto del alcohol y tu enamoramiento hacia mí, provocó que tuviéramos sexo hasta caer desmayados. —le respondió la voz ronca de un recién levantado Loki.

La ojiverde se volteó sobresaltada, soltando de repente el vaso agua en el mesón de la cocina.

Loki estaba solo en un pantalón, con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados. Su cabello estaba desordenado y sus rizos se veían completamente enredados.

Con agilidad, se movilizó por la cocina, sirviéndose también un poco de agua. El nerviosismo de la diosa no hacía más que aumentar, cuando en el momento en el que Loki se giró, vio con claridad rasguños profundos en su espalda.

—Recuerdo todo lo de anoche. Tú no, ¿verdad, preciosa? —dijo él, aún sin voltearse.

—La verdad es que no... —logró murmurar con voz gangosa.

La cara de susto que mantenía ___ hizo reír levemente al dios, que negó con la cabeza, mientras acariciaba levemente la mejilla de la muchacha.

—Anoche disfrutaste mucho, ¿eh?

El pelinegro escogió hablar justo cuando la mujer había tomado un sorbo de agua, ocasionando que se ahogara y empezara a toser violentamente.

—¡LOKI! —exclamó entre jadeos, totalmente roja.

Este chasqueó la lengua.

—¿Qué? Anoche no te quejabas, mi lady.

Se cubrió el rostro con extrema vergüenza.

Esto sólo complicaba más las cosas.

—Y entonces... —dijo con la voz temblorosa, debido a los nervios— ¿Qué pasó anoche?

—Te traje a casa para que descansaras, pero tú te esmerabas en coquetear conmigo, y obviamente, no puedo resistirme a tus encantos, por lo cual terminamos durmiendo juntos. —habló con el gesto despreocupado.

—¿Y Thor? ¿Se dio cuenta? —preguntó, para luego arrepentirse al instante al ver el gesto molesto del dios.

—No me interesa si se dio cuenta o no. —contestó con molestia— A él no le incumbe.

Un suspiro de temor salió de los labios de ___, quien se sentía cada vez más frustrada, se supone que no debería estar en esta posición ahora, cuando estaba realmente confundida.

—De acuerdo, y-yo... Tengo que irme.

—Por supuesto, no pueden verte con tu 'amante'. —musitó con los brazos cruzados.

Cerró los ojos de golpe, sintiéndose culpable.

—No lo digas así... —susurró.

—¿Entonces cómo le digo, ___? Porque así actúas, escondiéndote y escapando como si esto fuera una aventura —comentó ya enfadado en su totalidad— Fuiste tú la que llegó hasta mí con las insinuaciones, y entonces ahora que estás en tu cinco sentidos, te vas como una cobarde.

Los labios de la diosa se apretaron en una mueca triste, mientras balanceaba sus pies y mantenía la cabeza baja, sintiéndose mal ante las palabras de su acompañante.

—¿Sabes? —murmuró en voz baja— Pudiste simplemente dejarme en la fiesta, o dejarme ir a mi casa, yo no te obligué a que te acostaras conmigo, Loki.

Salió de la cocina ante la mirada del pelinegro, corriendo hacia la habitación para buscar sus prendas y poder irse de allí lo más rápido posible.

Cuando estuvo segura de que no podían verla, se golpeó repetidas veces la cabeza, maldiciéndose a sí misma por lo que hizo, porque ahora se ganó una discusión con el dios del engaño.

Le dolieron sus palabras.

Prefirió salir de allí, por lo cual se vistió rápidamente, tomó sus zapatos, para luego bajar rápidamente las escaleras, encontrando al pelinegro en el corredor.

—Ya me voy. —avisó, evitando su mirada.

—No te vayas... —dijo con tristeza— Hablemos.

—Creo que ya hablamos lo suficiente. —apretó los labios en una sonrisa irónica.

—___...

—Hasta luego. —interrumpió bruscamente, llegando a la puerta y saliendo de la casa.

Pudo escuchar el llamado fuerte de Loki, pero hizo caso omiso, usando su poder para pasar desapercibida y que nadie viera de dónde salía.












Elígeme [Thor, Loki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora