Elígeme [Thor, Loki y tú]

[Alguien mejor]

Narras tú.

Una vez dentro de las instalaciones de los vengadores, le colocaron a Tony un suero en el brazo y lo ayudaron a sentar, mientras que a mí me ofrecieron algo de comer, a lo cual no me negué.

A través de una proyección comenzaron a mostrar a las personas que fueron víctimas del chasquido.

—Veintitrés días desde que Thanos vino a la tierra. —dijo Rhodes.

—Los gobiernos mundiales están en pedazos, las partes que aún funcionan tratan de hacer uso denso, y parece que hizo justo lo que dijo que iba a hacer...

Levanté la mirada, observando allí la fotografía de Loki entre las víctimas, sentí un escalofrío en la espalda y me tomé el rostro, aguantando las lágrimas al recordar el momento en que el pelinegro se esfumó de la faz de la existencia.

Sabía que Thor estaba detrás de mí, sabía que me había visto y sabía que estaba enojado, pero tuve miedo de enfrentarle por el simple hecho de tener que cargar con otro dolor más.

—... Thanos eliminó al cincuenta por ciento de las criaturas que existen. —terminó Nat.

—¿Dónde está ahora? —preguntó Tony, mirando a Steve.

—Nadie sabe, sólo abrió un portal y lo cruzó.

En ese momento Stark fijó su vista en Thor, quien mantenía la mirada fija en algún punto de la habitación.

—¿Y a este qué le pasó? —lo señaló.

—Está enojado... —habló un mapache sentado a unos metros— Cree que falló y la verdad es que sí, pero no es el único que se siente así; y a eso sumémosle que creyo que su futura esposa, estaba muerta y su cuerpo gravitaba en algún punto del espacio, pero resulta que no.

Los presentes me miraron y cerré los ojos de golpe, para después mirar por fin al rubio, que también me miró a mi, con una expresión parecida al odio; tragué hondo y finalmente dejé salir una lágrima, que limpié rápidamente y me giré para evitar el incómodo momento.

—¿Te digo algo? Hasta hace un segundo creí que eras un peluche. —comentó el castaño, tratando de olvidar el tema anterior.

—Tal vez lo soy.

—Llevamos tres semanas buscando a Thanos, por medio de escaneos, satélites y no hay nada... Ustedes pelearon.

Tony y yo nos fijamos en Steve, mientras fruncíamos el ceño.

—¿Quién dijo eso? No peleamos.

—El me golpeó con un planeta, me arrojó varias veces, me clavó mi propia espada en el abdomen
... —exclamé con impotencia— A eso sumémosle que intentó matar a Tony, mientras el mago de la calle Bleckeer le dio lo que quería, y luego así el cumpliera su propósito y desapareciera a la mitad de la población, incluyendo a mi mejor amigo.