[Etapas II]

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2022 (cuatro años después del suceso)

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2022 (cuatro años después del suceso)

Etapa 4: Depresión.

Ahora sí dolía.

Los extrañaba, a los dos, tal vez a uno más que otro algunas veces, pero los extrañaba con cada parte de mi ser; el dolor llegó repentinamente al cuarto año, mientras mantenía una vivienda con Christian, con el cual me hice muy unida a través del tiempo, éramos sólo los dos, el cuidaba de mí y yo cuidaba de él.

Hasta que llegaron las pesadillas.

—¡No! ¡No! —grité entre sueños.

Sentí como me zarandeaban, por lo cual abrí los ojos, con la respiración errática y los ojos cubiertos de lágrimas, observé a Christian frente a mí.

—Shh, cálmate, sólo fue un mal sueño. —habló con calma.

Eché a llorar repentinamente, abrazándome al hombre con fuerza, mientras que él sobaba mi espalda de arriba a abajo, en señal de reconforte.

Mis pesadillas consistían en mi propia forma de enfrentar el dolor, de haber perdido a los dos hermanos que marcaron toda mi vida, uno por razones del destino y otro por trágicos malentendidos, soñaba con ellos, alejándose de mí, odiándome, mientras yo los amaba a ambos con todo mi corazón.

A veces no comía, ni me esmeraba en levantarme de la cama, sólo me quedaba ahí llorando, otras veces me hacía daño físico a mí misma, con cualquier cosa que encontrara.

—Tienes que comer algo, por favor... —murmuró el castaño, con una expresión triste, que luego cambió a preocupación— ¿¡Qué demonios te pasó en los brazos!?

Se aproximó hasta a mí, con una toalla, amarrándola a mis brazos, para luego llevarme hasta el hospital más cercano, puesto que estaba tan ida, que nisiquiera fui capaz de curarme por mí misma.

Christian cuidó de mí, sabía que me quería, yo también lo quería a él, y pese a la depresión por la que estaba pasando, me divertía con el durante nuestro tiempo viviendo juntos, lo conocí a fondo, el me conoció a mí, hasta los más oscuros temores.

—Entonces, ¿la hermana malvada de los dos dioses, fue la que mató a tus padres?

Asentí mientras tomaba un puñado de palomitas, y bebía un sorbo de mi cerveza.

—Y, ¿qué hay de ti? —pregunté— Llevamos casi dos años viviendo juntos, por ende creo que es necesario que también me cuentes de tu vida.

—Bueno... —suspiró— En realidad siempre he estado solo, me fui de casa al cumplir los diecisiete años, no tenía una buena relación con mi padre, era un degenerado alcohólico.

Arqueé las cejas, sorprendida.

—¿Y qué hiciste después?

—Empecé a trabajar por aquí, por allá, en cualquier cosa, para ganarme la vida, así fue como llegué hasta aquí.

Elígeme [Thor, Loki y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora