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Contar escenas de Espinas acá también me da nostalgia <3

Travis

¿Travis? Lamento llamarte pero... ¿Podrías venir? He roto el grifo y mi cocina se está inundando.

Bonita forma de empezar el martes.

—Estaré allí en unos minutos— le digo a mi prima, mientras salgo de la cama, notando que la chica a mi lado se remueve.

—¿A dónde vas?— me pregunta. Suena adormilada aún, porque es bastante temprano, pero tiene los ojos abiertos y me mira con curiosidad.

—Asuntos familiares— le digo sin dar muchos detalles—. Volveré en un rato— me inclino y le doy un beso rápido antes de vestirme y dejar mi casa.

Kimberly y yo nos hemos estado viendo algunas veces, pero no es nada serio y ambos lo tenemos en claro. Como Cal, mi prima, no vive demasiado lejos, no tardo mucho en llegar. El problema no es muy grave pero ella parece sobrepasada por otras cosas, así que lo soluciono rápidamente y hablo un poco con ella.

De mis tres primas, es la más extraña. A pesar de que me llevó bien con las tres, Cal es la más parecida a mí en algún punto y al mismo tiempo, somos muy diferentes.

—Te debo una, Travis— me dice cuando termino.

—¿Estás segura de que estás bien? — le cuestiono, porque la noto pálida.

—Sólo son cólicos.

Hago una mueca.

Mi prima y sus cólicos siempre han sido una mierda y más de una vez la hemos tenido que llevar al hospital.

—Llámame si necesitas algo.

Me voy de su departamento, pensando en ella y el hombre que me presentó el otro día en la casa de mis tíos, y regreso a mi casa, donde Kim ya está bañada y prácticamente esperando para irse.

—Necesito irme o llegaré tarde al trabajo— murmura.

—Claro, ¿Quieres un café o algo?

—No, gracias— me da una sonrisa fácil, un beso en los labios y se va—. Llámame para vernos.

—Lo haré.

Cuando se va, me baño. Tengo una hora aún para ir a la reserva pero no me demoro mucho en la ducha. Me seco el cabello y lo ato en la parte alta de mi cabeza, porque es un poco fastidioso cuando los cachorros lo confunden con un juguete.

Subo al Jeep y pongo una emisora de música clásica para conducir hasta mi trabajo. Sé que debo prepararme para la noche, porque he quedado en cenar con mi madre.

Cuando llego a la reserva, ficho mi entrada y saludo al personal de seguridad antes de pasar por las distintas áreas. La mayoría de los del turno diurno no han llegado aún, pero es bastante temprano.

Aprovecho a despedirme de mis compañeros de la noche, porque los conozco hace años y me bebo un café mientras recorro las áreas. No soy el jefe, pero Greg suele depositar bastante confianza en mí para que haga las cosas cuando no está, porque llevo muchos años aquí y aún no la he cagado, lo que me hace un buen prospecto de mano derecha.

Después de revisar a las aves con Ashton, camino por el sendero que da a la parte de los reptiles, donde por ahora sólo tenemos algunas serpientes. Alan, el cuidador de la noche, está fuera de la construcción con una taza de café.

—Te han ganado— me dice—. Buenos días, Travis.

—Hola— me acerco y con confusión, le pregunto—: ¿De qué hablas?

Veneno | SEKS #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora