Estamos un mes en la casa de Katerina. Durante ese tiempo, mi vida es una monotonía. Hablo al menos diez veces al día con Travis y también me mantengo en contacto con el resto de mi familia y Cal, Clavel y las amistades que formé en estos meses.
Incluso Greg y Alan me llaman algunas veces.
Mi teléfono está lleno de imágenes de la bebé de mi primo y me deleito observando los rasgos perfectos de Katerina, mientras también me obsesiono con los detalles de mis ecografías. Se supone que debo hacerme otra hoy, así que estoy algo ansiosa por salir de la casa tras estar un mes sin hacer otra cosa más que nada.
Travis aún está discutiendo el asunto de la visa y Andrei cree que podría ser más sencillo conseguir una visa para Rusia, donde tenemos la casa de nuestro tío y en donde yo podría estar con más facilidad, pero no tiene sentido que Travis viaje allí si no puede llegar a Alemania. Sin embargo, mi visa aquí está próxima a vencerse y tenemos que solucionar esto, por lo que ruego que el médico me permita viajar a Rusia. Andrei tiene más contactos allí, por lo que lev podría viajar sin muchos problemas.
Owen va a acompañarme a la ecografía, así que termino de alistar todo para que podamos salir y saludo a Katerina antes de que ambos subamos a un taxi. Estoy bastante feliz porque ella ha hablado con mi primo y siguen en contacto, aunque ninguno de los dos habla mucho conmigo al respecto. No sé cuál es la historia tras ellos, porque Owen tampoco me dice.
—¿Sabremos si mini bestia es niña o niño?
—No, faltan algunos meses para eso —le explico al alemán, tras darle la dirección del centro de salud al conductor —, hoy sabremos si todo sigue bien y si puedo tomar un vuelo —murmuro —, tal vez ya puedas regresar a tu vida y descansar, soldado.
—No me molesta estar aquí —me responde con seriedad.
—¿No extrañas tu casa... a Glock?
—Sí, pero sé que estoy aquí en una misión importante —me sonríe —. Es decir, cuidar a la mini bestia.
Le sonrío levemente y presiono mis dedos en su hombro.
—Gracias por todo esto, realmente jamás podría compensarlo.
—Ya te dije, me basta con que te cuides y no seas una víbora caprichosa.
—Estoy haciendo lo mejor que puedo y me estoy portando bien —resoplo.
Se ríe y, no mucho después, nos bajamos del taxi, para entrar al centro. Travis sabe sobre la ecografía de hoy, obviamente, y ya hemos hablado. Le prometí que le enviaría la foto ni bien lo tuviera, así que espero poder hacerlo y, además, recibir buenas noticias.
Me presento en la recepción y nos hacen esperar en una sala de espera, donde hay otras mujeres. Algunas tienen embarazos más avanzados y yo intento no pensar mucho en cómo me veré. A veces todavía tengo miedo de que algo malo suceda, pero es algo que el psicólogo me está ayudando a tratar. Tengo sesión con él dos veces por semana, mediante videollamada.
—¿Vas a entrar conmigo? — le pregunto a Owen, mientras aguardamos.
—¿Quieres hacerlo sola?
—No.
—Entonces iré contigo — me sonríe levemente —. Oye, estaba pensando... sé que Travis no entiende alemán, así que, ¿qué te parece si lo pongo en llamada para que vea la ecografía y le voy diciendo lo que dice el médico?
—¿Harías eso? —los ojos se me llenan de lágrimas y él asiente levemente con una sonrisa casi imperceptible.
Un rato después, me llaman y la mano de Owen se mantiene en mi espalda hasta que estamos dentro de la consulta. Una vez allí, el ecógrafo me hace algunas preguntas mientras él llama a Travis y conecta la llamada.
ESTÁS LEYENDO
Veneno | SEKS #4
RomanceSERIE SEKS, LIBRO #4 Adabel Pavlov es veterinaria, especialista en serpientes. Cuando la contactan de una reserva ecológica en la misma ciudad el resto del Clan Pavlov vive, decide que es momento de reunirse con su familia y, en el proceso, reconect...