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¡Feliz día del amor y la amistad, venenosas!

Les dejo un capítulo no tan caótico para festejar <3

¡Disfruten!


Travis

Está callada.

No es que Adabel sea muy habladora pero está especialmente silenciosa desde que dejamos la feria. Hemos buscado su ropa y la mía, junto con otras cosas y estoy ya conduciendo por la ruta, de noche.

No era mi idea inicial, pero es obvio que necesitaba salir de allí. Aunque no la estoy presionando para que hable, no sé qué tanto pueda sostener este silencio incómodo.

—He visto un hotel cerca de la playa en donde podríamos quedarnos, como es temporada baja, tienen habitaciones disponibles.

Asiente.

—Genial— por varios minutos, volvemos al silencio y ella suspira—. Está mal que huya, porque yo no he hecho nada, pero no sé cómo podría quedarme allí, sabiendo que me odian.

—No creo que ellos te odien, Bel.

—No sabes nada, Travis— suspira—. Gemma me confrontó porque cree que estoy trabajando para el gobernador y tanto ella como mi hermano me han bloqueado en sus teléfonos— me explica—. Dime si eso no es odiar.

—¿Qué hay de los demás? — me dice que fue a la universidad para ver a Isla y que Lianna lucía asustada de ella.

—Viktor siempre fue imparcial en todo, pero si tiene que ponerse en un bando siempre irá con ellos— la miro brevemente, notando que se pasa las manos por las mejillas con rapidez—. Quiero decir, sé que no he sido la mejor persona y he estado lejos, pero... ellos también se apartan de mí. Andrei dijo que intentaría... — se calla—. Nikolai me dio el beneficio de la duda— resopla. La dejo que hable, sin interrumpir porque pocas veces lo hace y creo que es bueno que suelte todo—, como si yo tuviera el tiempo para buscar una excusa patética de un delito que no cometí— murmura.

—¿No se lo has dicho a nadie?

—Mi psicólogo cree que debo hablar con Gemma, pero no quiero hacerlo— admite—. Entiendo su enojo y estaría fundamentado si fuera verdad que trabajo con él gobernador, pero... ella ni siquiera me dejó hablar— sisea—. ¿Sabes qué es lo peor?

—Dime.

Su familia. Me pidió que me mantuviera lejos de su familia, como si Andrei no fuera mi hermano desde antes de estar con ella, como si Demian y Viktor no fueran mi primos. Aunque claro, entiendo que... entiendo que... Gemma ni siquiera sabía de mi existencia porque Andrei no hablaba de mí, pero...

—Tu familia es una mierda, cariño.

—No, no lo son— carraspea—, sé que fui yo la que complicó las cosas y ahora estoy pagando las consecuencias.

—¿Ninguno de ellos saben por lo que pasaste en Alemania?— niega—. Tal vez sería más fácil para ellos comprender cómo te sientes si supieran...

—No. No pueden saberlo.

—¿Por qué?— murmuro la pregunta mientras tomo una curva de la ruta y ella se demora en responder.

—Es complicado, apenas pude decírtelo a ti.

—¿Y por qué crees que fue más sencillo decírmelo a mí?

—No lo sé, supongo que... no lo sé— se muerde una de las uñas en un gesto nervioso y yo hago una mueca—. Creo que quizás te tomaste el tiempo de conocerme, antes de preguntar— carraspea—. Mi her... Andrei solo me presiona a hablar y tiene un discurso precioso sobre el amor fraternal— suelta una risa cargada de ironía—. Es obvio, porque es abogado. Sabe qué decir.

Veneno | SEKS #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora