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Hoy le toca narrar al leoncito <3

Travis

Me detengo en la puerta del baño y observo a Adabel, que está terminando de retocar su maquillaje. No lo necesita, porque luce bien sin él y, si soy honesto, esa varilla con cerdas tan cerca de sus ojos me da un poco de impresión.

Es domingo y falta poco para que sea el mediodía. Iremos a comer con mi madre... y Cal... y Dorian... y el hermano de Adabel y sus dos acompañantes.

¿Cómo demonios los llamo?

—Deberías dejar de hacer eso, no necesitas maquillaje, eres bonita sin él— le digo, intentando que aleje esa cosa de su rostro.

La serpiente me sonríe y guarda la varilla en el tubo.

—¿Vas a quedarte allí parado como un Acosador?

—Ajá.

Resopla.

—Ni siquiera vivo contigo y ya no te soporto— se queja.

—Te robas mis frases, lombriz, qué poca creatividad— le respondo mientras se acerca, hasta ponerse frente a mí, alzar el mentón y mirarme con descaro, antes de bajar su mano por encima de mí camiseta hasta detenerse en el borde de mi pantalón.

—Tú no quieres que me ponga creativa, Trav— sisea, besándome y pasando por mi lado—. Deberíamos irnos— dice.

No tardamos mucho en estar en el Jeep. Ada intenta lucir calmada, pero sé que un almuerzo que incluye a mi madre y su hermano la pone nerviosa, además de que mañana le darán los resultados de las biopsias en los quistes que, si soy honesto, es un tema que me tiene preocupado.

Nunca había imaginado que estaría con una mujer como ella, con estas complicaciones y a veces me siento en conflicto por lo que deseo y mi cariño a ella. No renunciaría a Adabel, pero sé que va a llegar un momento en el que las cosas van a enfrentarse y no sabré qué hacer.

Realmente quería llegar a los cuarenta con hijos, establecido, casado y con mi vida encaminada y sé que las cosas con ella no me llevarán a eso, sino a algo más incierto, especialmente porque las opciones son muy limitadas.

Aunque para mí la paternidad y mi deseo de ser padre no pasa por algo biológico, sé que ella tiene recelo con eso. Quiere la experiencia completa, un embarazo, un parto y todo ese proceso que le está siendo negado por la enfermedad. Si bien el médico dijo que tendría posibilidades con asistencia hormonal, no sé si quiere pasar por eso. Aún sufre por la pérdida de un embarazo que sucedió hace casi cuatro años y que hubiera posibilidades de que suceda de nuevo, me convencen de que no lo hará.

—Tierra llamando al león... ¿En qué piensas?— la voz de Adabel me saca de mis pensamientos y giro un poco el rostro para sonreírle y ponerlos de regreso en el camino.

—Solo intento convencerme a mí mismo de no asesinar a tu hermano cuando comience con su parloteo.

Se ríe.

—Travis, no seas malvado.

—Tu hermano es insoportable, cariño.

Niega y se queda en silencio por algunos segundos.

—¿Tú madre realmente no dirá nada por... Gemma y Nikolai?

—No. Quizás solo haga preguntas curiosas— admito, sabiendo que hay pocas cosas que realmente puedan horrorizar a esa mujer, porque ya sé ha traumado conmigo.

¡Oigan! No es mi culpa que la señora tuviera una predilección por abrir la puerta de mi cuarto durante mi adolescencia.

—Tu madre es demasiado agradable— murmura—, me gusta— admite—. Me recuerda a cómo solía ser la mía.

Veneno | SEKS #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora