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El último capítulo de paz, por un tiempo, ¡Disfruten! 

Pd: Recuerden la nota al final del capítulo anterior. También quiero agradecer por acá a todas las chicas que se contactaron conmigo para hablar sobre el SOP y sus experiencias con el tema para poder tratarlo en la historia. Fueron de muchísima ayuda <3


—Luces pensativa— me dice el león mientras conduce hacia el orfanato. Nos hemos detenido para comprar dulces y comida para ellos, aunque no sé si debamos llevarlos o si está permitido.

—Mi hermano estuvo en la reserva, quería hablar— le digo—. Le he dicho que podríamos hacerlo mañana.

—¿Y vas a hacerlo?

—Supongo...

Hablamos de cualquier cosa hasta detenernos en la entrada del lugar y me siento un poco ansiosa, por lo que sonrío con nervios antes de bajar y caminar con Travis hacia la entrada. Susan nos recibe y nos da un abrazo, antes de dejarnos pasar.

—Adam no ha dejado de preguntar por ti en toda la semana— me dice con una sonrisa leve—. Dice que ha quedado algo pendiente entre ustedes.

Travis resopla y oculta una risa.

—Si no supiera que es un niño, me pondría celoso, Bel— bromea mientras caminamos dentro del lugar.

Algunos niños, los menos tímidos, se acercan y nos saludan y yo siento ese vértigo extraño que también sentí cuando estuve aquí con Isla. De nuevo, es como que pongan un dulce frente a un diabético.

O un niño frente a una mujer infértil.

Miro alrededor, encontrando a Adam entre otros niños, jugando y me acerco a ellos. Travis se queda con otro grupo, hablando sobre animales y viendo algunos juguetes. Lo escucho contarle datos curiosos de los delfines mientras llego al niño que me sonríe.

—Hola— el espacio vacío entre sus dientes me hace sonreír y no tardo mucho en estar jugando con él.

—¿Cómo estuvo tu semana?

—¡Hemos visto una película y Susan nos preparó hamburguesas!

—Qué bien— me acomodo frente a él y reparte las cartas, aunque no he dicho nada sobre el juego.

—¿Tú también cuidas animales como él?— me pregunta, señalando a Travis.

—Si, trabajamos juntos— le explico—, aunque él cuida a los leones y yo a las serpientes.

—¡Qué miedo!— chilla—. Las serpientes me asustan.

—Bueno... Algunas son peligrosas pero otras son muy bonitas— le digo—. ¿Quieres ver algunas fotos?

Cuando asiente busco fotos que tomé de Kryuk en mi teléfono y se las muestro.

—Es fea.

Me río.

—Kryuk es muy bueno—le digo—. ¿Sabías que pueden ser del tamaño de tu brazo?— le digo, sin tener idea de cómo tratar esto.

—¿Puedo conocerlo?

—Nosotros debemos estudiar muchos años para poder estar cerca de ellas, porque debes saber algunas cosas sobre él antes de acercarte— le explico—, pero, quizás cuando seas mayor...

—¡Pero ya soy grande!

—Por supuesto, eres todo un hombrecito pero debes crecer más— digo—. Mientras tanto, ¿Me recuerdas cómo jugar?

Veneno | SEKS #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora