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El culo me duele y es en todo lo que puedo pensar mientras Marianne, Bruno y yo llegamos a la casa de mi hermano. Ignoro todos sus intentos por tratar de entender qué ha pasado hace unos días en el club y, cuando veo que Dorian ha traído a la chica tatuada, sé que las cosas entre ellos van en serio.

Al principio, no hablo con ella más que por la presentación entre nosotras y la forma en la que trata con descaro a Dorian se me hace familiar, tanto, que cuando logro hablar con ella, comprendo por qué.

—Dorian me dijo que trabajabas en una reserva— me dice—. Quizás conozcas a mi primo, se llama Travis.

Sonrío y eso llama la atención de mi hermano que me escucha responder.

—Si, lo conozco. Tu primo es... un cachorro descarado.

Andrei le dice:

—Ada dice que tu primo es agradable. Discúlpala, a veces olvida que aquí hablamos español.

La chica tatuada, Caléndula, me mira con algo que no puedo comprender y luego, se mete en una charla con las otras sumisas.

Demian me mira varias veces y yo finjo que no me pasa nada, pero ya no me aguanto el dolor en la espalda baja por la caída de ayer y me acerco a Gemma.

—Disculpa, ¿Tienes algún analgésico? Me caí ayer en el trabajo.

—Claro— la rubia me guía dentro de la casa—. ¿Qué te ha pasado?

—Una pantera me hizo caer— admito, sin añadir los detalles bochornosos.

—Oh...— luce preocupada.

—Estoy bien, no ha sido nada— le digo—. Sólo me duele un poco.

Me da un antiinflamatorio del baño y Skol está en la puerta cuando termino de tragarlo.

—Sal de aquí, lagarto— dice Gemma.

—¿Sabes qué él te odia porque lo llamas así, verdad? Es un camaleón, Gemma.

—Él se autopercibe lagarto y nadie lo comprende— resopla. Skol le pega la lengua al tobillo y ella chilla, haciéndome reír—. ¡Te cocinaré para la cena!

Suelto una carcajada que hace que ella me observe y, no mucho después, estamos de regreso en la reunión.

Las cosas se ponen algo tensas entre el sádico y la tatuada— aunque no me preocupo en entender porqué— y se van, seguidos por Marianne, Marcus, Carol y Bruno. A mí, Andrei me mira de forma tal que me obliga a entender que quiere que me quede y me excuso con los otros dominantes cuando se ofrecen a llevarme a casa.

Demian y Lianna también se quedan y en mi mente, se siente como una extensión del clan Pavlov del que solo éramos parte Andrei, Viktor, Demian, Nikolai y yo. Incluí a Nikolai en mi árbol familiar cuando vi que él y Andrei eran almas gemelas. Quizás no de un modo romántico o sexual, pero la conexión entre ellos es tan evidente, que Nik es parte de nuestra familia. Gemma, Lianna y Brass, el novio de mi otro primo, también se añadieron.

—¿Quieres quedarte a cenar?— me ofrece Nikolai—. Viktor y Brass también vendrán.

Intentando mantenerme relajada, acepto. No sé porqué presiento a donde va todo esto y me pongo nauseabunda.

Cuando mi otro primo y el fotógrafo llegan, todos nos acomodamos en la sala de estar. Skol, que pocas veces nos considera dignos de su atención, se acomoda sobre mis piernas y yo me entretengo, pasando mi mano por el lomo del camaleón. También lo reviso, para qué mentir. No puedo salir de mi mentalidad veterinaria. Ya mudó por completo de piel y el color verde le brilla en las escamas.

Veneno | SEKS #4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora