Capítulo 21

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Miraba el techo de mi habitación desde las dos de la mañana, ahora eran las cuatro. No podía dejar de pensar en el beso con Mikey como tampoco podía dejar de sonreír como una loca cuando lo recordaba. Maldición, ¿en qué momento ese enano me conquistó? Quizás eran esos momentos en donde escapábamos de la policía tomados de la mano, o cuando de la nada me pedía que le hiciera cariño en el cabello o las veces en las que me agradecía por mantenerme a su lado a pesar de todo.

Me di la vuelta estampando mi cara en la almohada y ahogue un grito. No me gustaba sentirme así, ya que sentía que opacaba absolutamente todo en mi vida. Mi celular comenzó a sonar, confundida llevé mi mano a la mesa y contesté.

-¿Mamá?

-Hija, lo siento, tu abuela acaba de fallecer.

Me quedé en silencio.

-¿Amaya, estás ahí? Queremos que vengas a Filipinas mañana en la mañana para el velorio.

-No puedo.

-¿Disculpa?

-No puedo ir, lo siento. -dije entre llantos-. Iré cualquier otro día, pero mañana no puedo.

-Amaya, no te atrevas a cortarme.

-Lo siento.

Corté la llamada y abracé la almohada mientras lloraba con fuerzas. Mi abuela ya no estaba en este mundo. Lloré tanto que no sé que en qué momento me dormí y al otro día amanecí adolorida, mis ojos ardían con el más mínimo contacto de luz y mi garganta se sentía seca. Bebí un gran vaso de agua antes de comenzar a hacer mi rutina.

Me hice dos coletas bajas y amarre mis pechos con una venda dejando solamente mi ombligo a la vista, me puse unos pantalones algo anchos y al final me terminé colocando la chaqueta de Valhalla. Me miré al espejo fijamente, observando con atención mis ojos cafés sin brillo. La muerte de mi abuela me dolió y hoy iba a desquitarme con cualquier persona que se me pusiera al frente.

Bajé las escaleras y me encontré con Nana.

-Señorita, lo siento tanto. Mi más sentido pésame.

-Gracias, Nana. Tomaré una manzana y me iré.

-¿No tomará desayuno?

-No tengo mucha hambre.

Salí de la casa sin antes ponerme mis zapatillas y caminé hacia el centro de juegos, en donde los de Valhalla estaban reunidos.

-Iremos enseguida hacia nuestro punto de encuentro, y ya saben, tomen la cabeza de Mikey-chan.

-¡Sí!

-Esta batalla definitivamente es nuestra.

Seguí a Hanma-. Hola, señorita.

-Hola.

-¿Estás lista para revelarte enfrente de tus antiguos camaradas?

-Más lista que nunca. Hoy tengo muchas ganas de dar golpes.

-¡Me encanta ese ánimo!

Ojalá estuviera tan feliz como él, pero esto no me emociona para nada. Cuando escuchamos el grito del moderador de la batalla, entramos a la zona del basurero. Subí las mangas de mi chaqueta, le eché una rápida mirada a mi antebrazo izquierdo, la herida estaba roja, pero se estaba cerrando, aún así debía tener cuidado de que no se abriera.

Mis ojos se pasearon por todos los de Toman, hice una mueca al ver a Kisaki ahí. Malnacido. Takemicchi me miró fijamente y vi sus ojos llenarse de lágrimas, ¿por qué llora? Mikey me miró, luego desvió la mirada a Hansen.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora