Capítulo 65

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Enero 1, 2005.

-Hey. -escuché un susurro en todo mi oído causándome una leve molestia. Así que me tapé con todas las sábanas escuchando una suave risa-. Feliz año nuevo.

-¿Qué estás haciendo aquí?

-¡Ya! Envés de saludarme de la mejor manera, ¿Me preguntas qué hago aquí? -podía escuchar la indignación en su voz y yo sonreí con burla. Me senté en la cama para mirarlo y acostumbrarme un poco a la tenue luz de mi mesita de noche.

-Pues sí. -miré la ventana-. Has entrado por la ventana e interrumpiste mi sueño. -lo señalé con mi dedo-. Tengo el derecho de preguntar qué demonios estás haciendo aquí.

-Bueno, es año nuevo y sabía que estarías solita. -se sentó en la orilla de la cama y me miró-. Así que dije, "voy a llevarla a la playa con los chicos para que veamos el primer amanecer juntos". -sonrió-. Y aquí estoy.

-Sí sí, muy lindo todo pero, ¿Estás consciente de que son más de las tres de la mañana?

-Lo sé. -ladeó su cabeza.

-¿No puedo quedarme aquí y ver el amanecer desde mi habitación? Se nota que hace un frío de muerte.

-Nop. -se puso de pie-. Vamos ya, estoy ansioso.

Suspiré y me salí de la cama para luego echar a Mikey de mi habitación y así poder cambiarme de ropa, pero a quién engañaba. Me quedé con el pijama y me puse la chaqueta de Tōman encima. Bajé las escaleras para encontrarme con Manjiro husmeando mi casa.

-Ya estoy.

-Bien, ponte las botas.

Me acerqué al recibidor para sentarme en la orilla de la subida y colocarme mis zapatos. Mi cara de seguro no era la mejor mientras terminaba de ponerme las botas y la emoción y ansiedad que Manjiro desprendía por cada poro de su ser me estaba contagiando también en un mal sentido. Le pegué en su nuca cuando vi que estaba saltando en su lugar.

-¡Ay, me dolió!

-Deja de moverte que me pones nerviosa. -le dije-. Además, hace un puto frío.

-Tengo la solución para eso.

Entró a mi casa nuevamente y segundos después volvió con una manta de polar que colocó encima de mi cabeza. Seguramente parecía una abuelita, pero poco me importaba.

-Listo. -sonrió.

-¿Y cómo se supone que voy a conducir?

-Yo te llevaré, así que no te preocupes. Vamos andando que los chicos nos están esperando fuera.

No me quedó de otra que seguirlo hasta su moto y subirme a la parte trasera. Una de mis manos sujetaba el borde de la manta y la otra se afirmaba con fuerza en la manilla de al lado mío. Mis ojos de vez en cuando se cerraban, pero Manjiro me gritaba para que no me durmiera porque caería si lo hacía, mi cuerpo no era estable cuando me dormía en otras partes.

-¡¿Quién es esa abuela?! -gritó de repente Smiley a mi lado. Lo miré con una mueca.

-¡Cállate, yo tengo frío! -chillé.

-Amaya, siempre tienes frío. En invierno pareces un lindo muñeco de nieve. -dijo Mitsuya con una suave risa.

-¡Es verdad! -gritó Hakkai sonriente-. ¡Se ve muy tierna!

-¿Tierna? -Baji y Pah lo dijeron al mismo tiempo-. Esta mocosa puede pegarte y mandarte al hospital con una sola patada. -continuó Baji-. Y lo digo porque la conozco más tiempo que todos ustedes.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora