Abracé mis piernas mientras miraba fijamente al horizonte esperando a que el sol saliera. Mikey no estaba a mi lado porque había pasado a la tienda a comprar algo para beber. Tenía tantas cosas en mi cabeza ahora que simplemente no podía pensar con claridad y ordenar mis ideas. Quedaban dos meses para tomar una decisión y estaba algo ansiosa por lo que iba a suceder en un futuro.
—Toma. —Mikey llegó a mi lado pasándome una lata de chocolate caliente y yo se lo agradecí.
—Hace un año que hicimos una promesa en este mismo lugar. —lo miré. Ya ninguno de los dos vestía un yukata o kimono, sino que estábamos en pijamas. Sano puso una manta encima de nuestros hombros y se acurrucó más a mi lado en busca de calor. Él comió un taiyaki.
—Sí, gracias por cumplirla.
—La seguiré cumpliendo siempre, ya van... diez años que nos conocemos.
—¿Tanto?
—Ajá. —sonreí—. Bueno, yo tenía seis y tú tenías cinco cuando nos conocimos en esa tienda de dulces.
—¡Ya lo recuerdo! —dijo divertido.
Le di un sorbo a mi chocolate caliente y jugué con la lata entre mis dedos dándole vueltas y vueltas. El sol comenzó a salir y yo alcé la mirada siendo acariciada por el primer sol del año. Mikey entrelazó una de sus manos con una de las mías y jugó con mis dedos. Lo escuché bostezar y yo por reflejo también lo hice. Me bebí el resto y dejé la lata a un lado para después botarla.
—Vamos a la arena, por favor.
—Claro, vamos.
Tomé la lata y Sano se llevó la manta. La dejé en un basurero y luego corrí hacia donde Mikey estaba dejando la manta en la arena para acostarse. Me senté a su lado, escuchando con suavidad el sonido de las olas.
—Muero de sueño.
—Podríamos dormir un rato aquí.
—Ya sé, llamemos a Kenchin y que él nos cuide.
—¡Suena buena idea! —me reí levemente—. Pero será mejor que volvamos a casa. —lo miré con una sonrisa—. ¿Me llevarías?
—Por supuesto. Me dices cuando quieras irte. —acarició mi mejilla y luego juntó sus labios con los míos en un pequeño beso—. Te quiero.
—Yo también. —le di un casto beso antes de apoyar mi cabeza en su regazo. Sus dedos acariciaron mi cabello suelto.
—Uh... ¿Cómo te fue con Kazutora?
—Bien. Estaba feliz de que lo haya ido a ver y yo también me quedé más tranquila. —me acomodé para mirar el cielo—. No me gusta que esté solo, he pasado por la soledad y no es muy agradable que digamos.
Mikey no me dijo nada, simplemente se inclinó para darme otro beso que esta vez fue un poco más largo y brusco. Se separó de mí para mirarme a los ojos y yo tragué saliva de lo profundos que se veían. Acaricié su cabello y luego pasé mi dedo pulgar por sus rojitos labios.
—Chifuyu me contó que Kisaki estuvo detrás de todo esto. —su aliento hizo cosquillas en mis dedos.
—¿Eh? —me senté para poder conversar mejor—. ¿Él...?
No me sorprendía a estas alturas sabiendo lo malo que era Kisaki. Sin embargo que él llegara a organizar todo me sabía mal.
—Tengo... pensando en expulsarlo de Tōman.
Abrí más mis ojos, sorprendida por la repentina decisión de Mikey.
—¿Qué dices? ¿Estará bien que lo haga? —bajó la mirada—. Sé que debo hacerlo, pero... No sé.
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Always with U || Sano Manjiro
Fanfic"Me quedaré a tu lado hasta que sobrevivas con la esperanza de que florezcas". Winter Flower, Younha, RM. -Historia 100% mía. -Todos los personajes no me pertenecen, a excepción de la protagonista y su familia. Créditos a Wakui Ken. -No se permite c...