Capítulo 56

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Me senté en la cama respirando de manera agitada. Corrí al baño y me agaché para comenzar a vomitar. La luz del baño se encendió y sentí que alguien me tomó del cabello para no mancharlo mientras yo seguía expulsando nada más que agua. Mis ojos ardían a causa de las lágrimas que se me escapaban por el esfuerzo. Cuando ya terminé, me senté en el frío suelo del baño buscando calmarme. Miré a Mikey, quien me miraba algo preocupado. Tiró la cadena y yo cerré mis ojos, respirando de forma pausada.

—¿Quieres algo? —negué firmemente con la cabeza—. Es la insolación lo que te tiene así.

No, estaba segura que era debido a la pesadilla que acababa de tener.

—Un momento... ¿Y si estás embarazada? —abrí uno de mis ojos para mirarlo mal—. Hey, puede ser una opción.

—Estúpido.

Me puse de pie y me lavé los dientes. Manjiro me miraba por el reflejo con una pequeña sonrisa.

—¿Te imaginas tener a un pequeño Mikey o una pequeña Amaya? Me haría ilusión.

—No estoy embarazada. —lo miré mal—. ¿Y eres consciente de lo que dices? Tenemos dieciséis y diecisiete años respectivamente, somos muy jóvenes y tú no eres capaz de cuidarte solo. ¿Cómo vas a cuidar de un niño? 

—Ya, pero no te enojes.

—Es que es lógica, Mikey. —me senté en el sofá, haciéndome un moño todo desordenado—. La última vez que tú y yo... ya sabes. —él me lanzó una mirada pícara y yo puse los ojos en blanco—. Fue hace una semana. Imposible quedar embarazada más cuando usamos protección. Idiota inepto.

—¡Ya! —se sentó a mi lado.

—Me siento mal, eso es todo. Debí haber comido algo que no me sentó bien. —busqué una pastilla y me la tomé con un poco de agua—. Por cierto, ¿Y Emma? No la he visto desde ayer.

—Me dijo que saldría con Kenchin.

—Ya veo. —sonreí—. Esos dos, desde el incidente con Tenjiku no se han separado en ningún momento. Eso me alegra. —apoyé mi espalda en el respaldo—. ¿Tú estás feliz?

—Estoy algo celoso. —se cruzó de brazos y yo solté una risa—. ¡Ya, no te rías! Ese tótem me quitó a mi pequeña hermana.

—Ay Mikey, Emma ya no es pequeña.

—Igual, mi deber es protegerla.

Manjiro me abrazó de lado y dejó un beso en mi sien. Me acurruqué en su pecho y jugué con mis dedos, mirando el anillo que me había regalado el año pasado. Era increíble lo rápido que había pasado el tiempo, pero sinceramente había algo que me estaba molestando desde hace unos meses. Mikey ha estado actuando de manera más extraña, pero nunca entendí el porqué. Hasta Emma a veces lo regañaba por enojarse de la nada y actuar de manera fría con nosotras y hasta el abuelo. Yo lo dejaba pasar por alto porque igual entendía que éramos adolescentes buscando nuestra identidad individual, pero ya era mucho.

Nunca se lo comenté. Tampoco pensaba hacerlo.

—Llegué. —Emma entró a la casa.

—Bienvenida. —murmuré—. ¿Lo pasaste bien?

—Sí. Ken-chan me llevó a un café y luego paseamos por un parque que se abrió hace poquito. —dijo con las mejillas rojas—. Tomamos muchas fotos.

—Quiero verlas.

Emma se sentó en medio de nosotros para comenzar a mostrarnos las fotos que había tomado. Muchas eran de paisajes, así como otras de Ken, de ella o ambos. Me gustaba verla tan feliz. Mis ojos se desviaron a Mikey, quien tenía su mirada perdida en otro sitio, su cabello ocultaba gran parte de su perfil, pero lo conocía bastante para saber que estaba serio.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora