Capítulo 22

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Tenía la visión borrosa, pero me mantuve de pie negándome a perder. Los de Toman ya no se acercaban a mí, así que lo agradecía. Tomé aire y mis costillas dolieron. Maldición, me dieron unos buenos golpes.

—¡¡Mikey!! —el grito de Draken resonó por todo el lugar.

Asustada, miré hacia la torre de chatarra y vi a Kazutora con unos tipos que ni me importó saber sus nombres. Mikey estaba tirado sobre la torre de un auto y no se movía. Mis ojos se llenaron de lágrimas y comencé a correr hacia aquella cima, Hanma claramente no me detuvo, ya que creía que iba a ir por mi objetivo principal en Valhalla: matar a Mikey. Subí hasta donde ellos se encontraban con las pocas fuerzas que tenía y miré a Kazutora incrédula.

—Valhalla ha ganado.

Mikey se puso de pie, me sorprendió la gran fuerza que tenía para no caer inconsciente por un golpe así. Una hilera de sangre caía por su rostro—. Dime una cosa, Kazutora. ¿Soy tu enemigo?

—Yo... sufrí por tu culpa. Por tu culpa fui al reformatorio.

—¿Ah, de qué mierda estás hablando? —su voz sonaba ronca.

—¡¡Así que es obvio que seas mi enemigo!! Voy a eliminar lo que se meta en mi camino, ¿lo sabías Mikey? Aquel que mata gente es considerado villano, pero aquel que mata a los enemigos es llamado un héroe.

—¿Kazutora, qué demonios estás diciendo? —le pregunté, él me miró.

—Manténgalo firme, vamos a matar al líder de Toman. —me sonrió y bajó del auto para señalarme el fierro—. ¿Quieres hacer el honor?

—Kazutora, estás loco. —negué y tuve que cerrar los ojos cuando le pegó con el fierro en toda la cabeza a Mikey. Sentí que algunas gotas de su sangre cayeron en mi mejilla. Los golpes iban y venían—. ¡¡Kazutora, basta!! —le grité lo más fuerte que pude—. ¡¡Esto es injusto, Mikey está atrapado de brazos y piernas, así nunca va a po...!! —me callé cuando un golpe llegó a mi cabeza. Casi pierdo el equilibrio.

—Cállate, Amaya. —Kazutora me miró, en mi ojo izquierdo comencé a ver rojo—. Eres de Valhalla ahora, todo lo que le ocurra a Mikey no debería de importarte.

—Lo vas a matar, ¿acaso quieres cargar con otra muerte sobre tus hombros, Kazutora? —hablé entre dientes. Él levantó el fierro para pegarme, pero una voz lo detuvo.

—No vuelvas a pegarle. —habló Mikey—. Tu pelea es conmigo, no con ella.

—Ella ahora es un enemigo, para convertirme en héroe debo de matarla.

—¿Matar a tus enemigos? ¿Es por eso que mataste a mi hermano?

Mikey logró liberarse del agarre de los tipos, así que yo aproveché ese momento de tomarlos por sus chaquetas y estampar sus narices en mi rodilla. Miré al cielo y sentí que iba a irme en cualquier momento. Sin embargo, logré atrapar a Mikey entre mis brazos cuando cayó inconsciente. Mis lágrimas bajaron sin poder evitarlo y besé su frente.

—Maldición... —dije entre llantos.

Miré a Kazutora, quien también estaba insconsiente luego del golpe que le propinó Mikey. "No cierres los ojos, Amaya", me repetía una y otra vez. Sin embargo, la imagen de mi abuela frente a mí produjo que mi llanto aumentara. No lograba entender qué era lo que me articulaba, pero eso me confirmó que quizás yo ya estaba muerta.

—¡¡Amaya, cuidado!! —mis ojos se abrieron cuando pude ver a Baji enfrente mío, pero yo rápidamente me puse de pie y me ubiqué en su espalda, recibiendo así un apuñalamiento.

Bajé la mirada a mi abdomen y luego miré a Kazutora, quien me miraba sorprendido. Tosí sangre y caí sacándome así el cuchillo que detenía la sangre, llevé mis manos a mi abdomen por acto reflejo. Miré a Kisaki, quien también parecía sorprendido. Vaya demonios, ¿de cuánto me perdí estando insconsiente?

—¡¡Amaya!! —el grito desgarrador de Baji resonó por todo el lugar.

—B-Baji, tu también estás sangrando. —le dije entre cortadamente llevando mi mano a su abdomen—. Maldición... estamos jodidos, ¿no?

—Amaya, no cierres los ojos, yo puedo seguir, pero tu... tu cabeza tampoco ha parado de sangrar.

Sonreí un poco, Takemicchi tenía razón, iba a morir.

—A-Amaya, lo... lo siento...

Miré a Kazutora y negué con una pequeña sonrisa—. Tranquilo.

—¡Amaya! —Mikey corrió hacia mí y me levantó un poco, tosí la sangre que tenía acumulada y llevé mi mano a su mejilla. Mis lágrimas cayeron sin poder evitarlo—. Amaya, no cierres los ojos, por favor.

—Te amo.

—No, ¡Amaya!

—Gracias por estos momentos más lindos de mi vida. —sonreí con tristeza, mis lágrimas no me dejaban ver, pero las suyas caían en mi rostro—. Siento... siento todo esto...

—No te disculpes, todo estará bien. ¡¡Llamen a la maldita ambulancia!!

—¡Vienen en camino! —la voz de Draken sonaba rota.

Draken...

—Dile a Draken que se preocupe de Emma-chan. —reí, pero al hacerlo me dolió el abdomen—. A la mierda, esto duele mucho.

—Ya deja de hablar. —dijo Mikey riendo un poco, pero sentía el dolor en sus palabras.

Sonreí cerrando mis ojos. La sirena de la ambulancia no tardó en hacerse oír. Me negaba a irme, pero mi cuerpo no estaba demostrando lo que yo quería. Mikey se mantuvo conmigo en todo momento, lo pude sentir, pero lo único que yo pude sentir fue el sonido de la máquina que detectaba mis latidos sonar con mucha rapidez.

Luego de eso, ya no recuerdo nada.

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Perdón lo corto del capítulo, pero me quedé sin ideas juju~.

Gracias por leer y votar♡

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora