Capítulo 11

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Al llegar al lugar de la reunión las luces de las cámaras no tardaron en proyectarse encima de mí. Sonreí falsamente y caminé hacia donde mis padres estaban, ellos me miraron sonrientes. Mamá vestía un precioso vestido largo de corte sirena color negro grafito, mientras que papá vestía un traje negro.

—¡Estás divina hija, ese vestido realmente es tuyo! Tienes que darme el número de tu diseñador para que haga mis próximos vestidos.

—Claro. —sonreí, obviamente que no se lo iba a dar.

Entré al lujoso lugar, sintiendo como todas las miradas se posaban en mí. Las miradas lascivas de los hombres me ponían incómoda y las ganas de pegarles un gran puñetazo no faltaban, sin embargo, me mantuve al margen. Había una suave música clásica que me daban ganas de quedarme dormida, pero me las tenía que aguantar.

—Oh, cielo, ahí está el chico que siempre te busca en las reuniones. Anda a hablar con él.

Miré hacia el chico serio de ojos azules que estaba mirando la mesa de cóctel como si fuera lo más divertido del mundo, quizás lo es. No dudé más y fui hacia él.

—Hola, Tadashi.

—Hey.

—¿Aburrido?

—Llevo aquí desde las siete escuchando a vejestorios diciendo "qué traje tan caro" "es toda la pinta que debe tener un empresario". Me dan ganas de cortarme las orejas.

—Te comprendo, al menos yo no he recibido ningún comentario todavía. —suspiré y me crucé de brazos.

—Ese vestido está muy lindo.

—¿Cierto? Espero no tener que mancharlo.

El sonido de un micrófono provocó que mirara hacia adelante. Un señor se paró enfrente y todos se acercaron para prestar más atención.

—Bienvenidos a la reunión número noventa de todas las generaciones que han transcurridos de todas las familias. Como saben, hoy se encuentra una de las familias más poderosas de Japón, los Takahashi y traen consigo en esta oportunidad a la pequeña de la familia y futura heredera de todo. Takahashi Amaya será la próxima en acabar con todas las pandillas de Japón.

Abrí mis ojos con sorpresa, sin embargo tosí un poco y me acomodé en mi posición para evitar algún tipo de malentendido. ¿Qué yo iba a acabar con todas las pandillas de Japón? ¿Qué hacían mis padres exactamente? Sabía que eran empresarios, pero...

—La futura jefa del departamento policial.

Mierda. ¿Por qué me tenía que enterar de todo esto ahora? Nunca me interesó saber qué empresa o negocio manejaban, pues hasta cierta edad esto no fue responsabilidad mía, sino que de otra persona, así que siempre me mantuve alejada de todo lo que tuvieran que hacer. Y ellos tampoco pasaban en casa, por lo que nunca hubo comunicación y lo único que me decían era "eres la heredera de todo".

—¿Cuántas generaciones han transcurrido y han intentando en acabar con todas las pandillas de Japón? ¡Muchas! La generación de Amaya está próxima a lograr eso, serán grandes policías y detectives que lograrán poner fin a la perversidad de Kanto, ¡ellos lo lograrán!

Agh señor, está loco.

Sin embargo, sonreí y asentí, comprometida a acabar con todas las pandillas de Japón en un futuro. A la mierda, soy parte de una, ¿Cómo voy a acabarla? Lógicamente sería más fácil, pero antes prefiero estar muerta a traicionar a mis amigos. Tomé asiento en una silla y esperé pacientemente a que algo grandioso sucediera. Sin embargo, nada pasó. Alguien, más bien un viejo, me invitó a bailar, pero lo rechacé.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora