Always with U || Sano Manjiro

Capítulo 23

Dos semanas después.

Mis ojos se abrieron distinguiendo unos cuadros blancos.

-¡Despertó, doctor! -gritó alguien en la habitación. Me quitaron la máscara de oxígeno y tosí un poco. La enfermera me dio un vaso de agua y yo agradecí sin emitir palabra, sino que mentalmente-. Señorita Takahashi, acaba de despertar luego de dos semanas en coma, le pedimos que mantenga la calma y no se altere, aun puede ser peligroso. Ha sido operada por los mejores médicos de Japón.

La miré sin expresión en mi rostro.

-¿Baji? -mi voz sonó muy ronca, como si tuviera un resfriado de días.

-¿"Baji"? -repitió y yo asentí serena-. Oh, han venido varios chicos a verla, seguramente uno de ellos ha de ser "Baji".

-Amaya, hola -miré al doctor que ingresaba a la habitación-, es un milagro verte despierta después de dos semanas en coma. Déjame revisar cómo estás.

La enfermera salió de la habitación y me dejó a solas con el doctor. Me tomó los signos vitales, la presión y se fijó en mis pupilas. Tuve que levantar la camisa de hospital para que viera la herida de mi abdomen, daba algo de asco, pero ya estaba casi curada.

-Bien, está todo bajo control. Tuviste suerte, la herida de tu cabeza también provocó una gran pérdida de sangre, pero la del abdomen pudo ser mortal, ya que te perforó un riñón.

-Gracias.

-No hay de qué. -sonrió-. Tus padres están afuera.

Sentí miedo, y eso se notó en la máquina que marcaba mis latidos. Mis padres ingresaron a la habitación y una vez que el doctor salió, supe que se venía el infierno. Una cachetada llegó a mi mejilla derecha y mi cabeza quedó volteada a un lado, la zona golpeada ardía, pero no me dolió.

-No me lo puedo creer, Amaya. ¡¿Qué demonios haces metida en esos asuntos de pandillas?!

-Tu objetivo es acabarlas, ¡no ser parte de ellas! ¡¿No te das cuenta de que casi mueres?!

-¡Una cosa te pedimos y hasta eso lo haces mal! ¡Nunca debí tenerte!

Mis lágrimas cayeron, no iba a alterarme, no ahora.

-Takahashi Amaya, la mujer que debía ser jefa de todos los departamentos policiales es una delincuente. ¡¿Qué pensarán de nosotros ahora?!

-Nosotros ahora vamos a irnos de Japón por un tiempo, no podemos dar la cara ahora que somos noticia en todo el país con ese titular tan horrendo.

La puerta se cerró con fuerza y yo llevé mis manos a mi rostro para llorar en silencio. Demonios, su única hija estaba casi al otro lado de la vida y lo único que hacen es preocuparse por las apariencias. Sin embargo, es la primera vez que me levantan la mano y eso es lo que más me desagradó. La enfermera de antes me ayudó a ir al baño para darme un baño, lavar mis dientes y hacer mis necesidades, así que me puse nuevamente la ropa de hospital, ya que no tenía permitido irme de aquí hasta dos días de haber despertado.

Estaba inquieta, yo solamente quería saber si Baji había logrado salvarse de la muerte, ya que Takemicchi ese día me lo advirtió, pero yo no quise hacerle caso.

-Señorita, hay unos chicos que quieren verla.

-Que pasen, por favor.

Por la puerta entró Mitsuya, quien portaba un globo y un ramo de flores, tras de él estaba Hina, Takemicchi y su grupo de amigos, Draken, también estaban Chifuyu, pero no estaba Baji.

-¿B-Baji...?

Ellos bajaron la mirada, mis ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron en caer. Baji no estaba en este mundo, ya no iba a poder verlo todos los días en el colegio, ni alimentar a los animales de la calle, ya no iba a poder darle aquel libro ilustrado que había terminado hace dos semanas atrás para su cumpleaños. ¡Maldición! Aferré con fuerzas las sábanas que me cubrían y lloré desconsoladamente, alguien me abrazó y lo agradecí, necesitaba un abrazo.