Always with U || Sano Manjiro

Capítulo 34

Antes de leer: hice una corrección en las edades en que Manjiro y Amaya se conocieron, por si acaso.

Ahora, disfrute del capítulo.
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Tuve que traer a Takemicchi a mi casa para evitar que se juntara con Mikey y Draken, ya que ellos le iban a dar un regalo y me pidieron que lo mantuviera entretenido hasta que la moto estuviera lista. Las mejillas del rubio estaban rojas mientras yo le hacía un tour completo por mi casa, no podía dejar de repetirme que debía invitarlo a la piscina, así que le prometí traerlo algún día con los otros de Toman, después de todo mis padres no estaban.

—Oye, Takemicchi.

—¿Uh? —saltó en su lugar cuando le hablé, estaba tan concentrado viendo la habitación que sirve como gimnasio que lo asusté.

—Ahora que Kisaki está fuera de Tōman, Eso debería cambiar el futuro, ¿No?

—Sí, eso significa que Chifuyu y tú no están muertos y puede que Hina tampoco.

—Entiendo. —tomé asiento en el sofá—. Takemicchi, creo que nunca te he hablado de mis debilidades. Hablarte de esto puede que también te ayude en un futuro.

Él se sentó a mi lado y me miró confundido.

—Primero, ¿Cuáles crees que son mis fortalezas?

—Mm, tienes una resistencia física increíble, tu división confía plenamente en ti y también tienes la capacidad de liderar, no por algo eres líder de un escuadrón. También... creo que una fortaleza que tienes es que eres muy buena con todos los que te rodean y también el radar que posees para saber quién es malo o quién es bueno. ¡Supiste que Kisaki era malo cuando yo ni siquiera te lo dije!

Sonreí—. Bueno, estás en lo cierto. Esas son algunas de mis fortalezas, faltan, pero has dado en el clavo con varias. Ahora, ¿Cuáles piensas que son mis debilidades?

—Mikey-kun.

—No.

—¡¿Eh?!

—¿Por qué tan sorprendido? ¿Creías que iba a decirte que sí?

—¡Pues claro!

—¡No, qué cliché! —me reí y abracé un cojín—. Mikey no es una debilidad para mí, pero Manjiro sí.

—No entiendo, son la misma persona.

—Mikey es el líder de Toman, aquel hombre que todos seguimos. En el campo de batalla no hay tiempo de demostrar debilidad, hay que seguir y seguir hasta que llega el punto en donde debemos saber parar. Sin embargo, Manjiro es aquel chico revoltoso que arma tremendo berrinche porque no le pusieron una banderita a su menú infantil.

—Eso es...

—Es así, su alma de niño que ha obligado a dejar atrás causa que actúe de ciertas formas en situaciones así. —sonreí con tristeza—. Sin embargo, mi gran debilidad es mi mente.

—¿Uh? Maya-chan, ¿podrías ser más específica?

—Para allá voy velocista, relájate. Sufro de insomnio desde hace unos años. —confesé—. Específicamente desde que pasaron las muertes de dos personas importantes para mí, pero te hablaré de Shinichiro. A ese chico lo quería como un hermano mayor. Desde pequeña siempre fue como la imagen a seguir que mi padre nunca me enseñó. Gracias a él quise ser fuerte y estar en una pandilla donde todos los sujetos geniales estaban, ¿Sabes? —reí—. Nunca fui de tener amigos, pasé gran parte de mi infancia sola hasta los seis años, donde conocí a Mikey casualmente en una tienda de dulces.

Sonreí con solo recordar cómo nos peleamos por el último dorayaki que quedaba.

—Mis padres siempre pasaban fuera de casa por sus negocios y Aria y mi abuela fueron las únicas que se quedaron a mi lado, hasta que la abuela Yu se mudó a Filipinas. —mis ojos se llenaron de lágrimas—. Ella siempre me solía llevar al parque en donde Baji y Mikey jugaban, así fue como conocí a Keisuke. Luego ocurrió lo que hasta el día de hoy me sigue atormentando, la muerte del hermano mayor de nuestro líder. —hice una mueca—. Baji y Mikey se separaron y yo sufría con eso, ya que eran muy unidos cuando niños aunque siempre pelearan. En parte yo no me podía separar de Mikey porque pasaba metida en su casa y de Baji porque éramos compañeros de colegio.