Sostuve a uno de Rokuhara Tandai entre una de mis manos y con la otra limpié la sangre que estaba escurriendo por mi nariz. Me sentía tan agotada luego de haber golpeado a estos chicos y haber recibido unos cuantos golpes también. Definitivamente era horrible volver a sentir esta sensación y me preguntaba cómo fui capaz de haber hecho esto alguna vez. ¿En verdad lo disfrutaba? Todo había comenzado como un juego de niños, pero ahora teníamos que sufrir viendo como personas que queríamos terminaban muertas.
Tiré al sujeto a la montaña de chicos que yacía a un lado. Algunos se movían, otros simplemente estaban inconscientes. Mi fuerza quizás ya no era la misma y tampoco podía acabar con ellos tan fácilmente. Por eso terminé más golpeada que otras veces. Además, estos imbéciles me tenían cierto miedo y por eso no se defendieron como debía ser. Me hice nuevamente mi coleta y estiré mi cuerpo antes de voltear donde South me miraba más que encantado por todo esto.
Entre Wakasa, Benkei y yo habíamos derrotado a cien de sus hombres.
—Buen trabajo. —dijo Wakasa chocando los cinco conmigo por lo bajo. Sonreí.
Me hacía feliz ser felicitada por esta leyenda.
—Ten cuidado con South, Maya.
—Claro, Benkei-san.
—Mejor déjanos a él a nosotros, pequeña. —dijo Wakasa mirándome con un leve sonrisa—. Ya hiciste suficiente y tienes que guardar fuerzas para cuando nos enfrentemos con Mikey.
Eso me hizo volver a mi realidad. Yo no estaba aquí para pelear con South o con otro idiota. Yo estaba aquí por Mikey y si tenía que pelear con él lo haría sin dudarlo. Quizás así sea la única forma de hacerle recapacitar.
—Cuida de Senju y Hanagaki.
—Claro.
Me acerqué a ellos. El rubio rápidamente tomó mis manos y Senju las vendó con unas cintas que traía en su uniforme. Hice una mueca cuando aplicó un poco de fuerza. La venda blanca enseguida se tiñó de rojo.
—¿Por qué...? —miré a Takemicchi.
—No hagan nada loco. —avisé, poniéndome entre ellos—. Senju, sé que eres líder de Brahman, pero controla tus ganas de meterte a la pelea.
—¿Por qué tú puedes meterte entonces? No tienes moti...
—¿Disculpa? —le lancé una miradita que la congeló—. Tengo muchos motivos por el cual meterme a esta pelea. Mataron a mi mejor amigo y mi ex está metido aquí también luchando con esa mierda de impulsos oscuros. —miré hacia la pelea que estaba tornándose más oscura—. Si el deseo por pelear te ciega a este punto de no pensar con claridad lo que dices, es mejor que te tranquilices.
—Amaya... —Takemicchi habló.
—Puedes estar en este campo, pero créeme que la experiencia para pelear es necesaria. —fruncí levemente el ceño. Yo ya ni sabía lo que estaba diciendo. Estaba actuando muy a la defensiva.
Me crucé de brazos, pero mi semblante serio y preocupado no se desaparecía por nada del mundo. South estaba actuando de manera extraña, hasta se había quitado la camiseta dejando ver dos heridas de bala en su clavícula. ¿Quién era ese sujeto? Tuve que llevar mis manos a mi boca para ahogar el grito que había escapado de mis labios cuando vi que derribó a Wakasa y Benkei de solo un golpe. Tragué saliva. Era demasiado violento.
—Amaya. —me señaló—. Eres la siguiente.
—Un momento. —Senju se paró enfrente de mí.
—¡Hey! —grité, tomándola del brazo para detenerla—. Ni lo pienses, Senju. ¡¿Acaso viste cómo derrotó a Waka y a Benkei?! ¡O sea meterse en esta pelea es buscar tu muerte!
—No puedo quedarme solo viendo, Amaya-san. Yo misma quiero hacerme cargo de él.
—Senju, ¡Te lo prohíbo!
—¡No! —me gritó—. ¡Yo soy la líder de Brahman, tengo que hacerme cargo de esto por mi cuenta!
—¡¡Es lo peor que podrías hacer, maldición!! —la miré suplicante, pero ella negó firmemente—. Senju...
Todo estaba siendo un total caos. Ya no sabía dónde meterme o hacer algo para acabar con esta batalla. Me alejé, no podía ver cómo iba a terminar todo esto. Un sujeto de Kanto Manji se acercó corriendo hacia mí. Su puño iba a impactar en mi cara, pero logré esquivarlo. Puse mis manos en su brazo para darme impulso y tomarlo del cuello con ayuda de mis piernas. Pero él fue más rápido que yo y logró ponerse arriba de mí para darme un par de golpes en mi rostro.
—¡Muere, todo ha sido culpa tuya!
Mordí su dedo y él me dio otro golpe, pero gracias a eso logré empujarlo y correr antes de que me atrapara. Tomé el fierro que estaba en el suelo y no lo dudé antes de pegarle un toda su cara como si fuera una pelota de béisbol. El sonido que produjo fue para que varios que estaban a mi alrededor me miraran asustados. Yo miré al tipo a unos metros de mí. Había sangre que salía de alguna parte de su rostro y comencé a pensar que lo había matado. Pero él se movió y fue suficiente para sentirme tranquila.
Solté el fierro y corrí donde Mikey estaba. Debía hablar con él ahora aunque fuese casi imposible. Detuve mis pasos cuando estuve a unos metros de él. Sus ojos se fijaron en cada parte de mi rostro, pero como siempre no había ninguna expresión en el suyo. Era como si no le importara. Regule mi respiración y hablé.
—Te odio. —dije, tomándolo de su camiseta. Él no se inmutó—. ¡No tienes la menor idea de cuánto daños me has hecho en el presente y en el futuro, Manjiro! —grité. Las lágrimas habían comenzado a caer por mis mejillas—. Eres tan idiota...
No me aguanté y le pegué en su mandíbula. Por la intensidad del golpe se había alejado de mí. Tenía tanta rabia acumulada. Lo golpeé hasta que la venda de mis manos se salieron y mis nudillos comenzaron a sangrar. Caí al suelo de ya no poder más y apreté mis pantalones. La culpa me había invadido, pero no podía evitar recordar todas esas palabras que me dijo el día que se encargó en sembrar odio en nosotros.
No pude evitar el día en que nos entregamos el uno al otro dándonos amor.
Sabía que nunca quiso hacerlo, que quizás se hizo daño al decirnos cosas que jamás pasaron por su cabeza. Quizás desde cuándo estuvo planeando eso y yo desde siempre nunca estuve atenta. Pero, si me hubiese dado cuenta... ¿Me habría dejado detenerlo? Era un rotundo no.
—Es tan inútil hablar contigo... todo parece no importarte. —susurré y lo miré. Mikey tenía su mirada fija en sus manos—. Sabes que no es necesario hacer toda esta mierda, pero tú insistes en alargar tu salvación para protegernos. ¡¿Por qué?! ¡¿No entiendes que sin ti no somos felices?! ¡¿Que sentimos que nos falta una parte?! —chillé—. Hay tanta gente a tu lado que te quiere.
Aunque Ken ya no está...
—Estoy completamente vacío, Amaya.
Negué firmemente por la cabeza, pero cuando me quise acercar a él, una intensa aura me paralizó por completo. Tenía miedo. Muchísimo miedo. Fue como si todo este lugar se hubiera llenado por un manto negro y asfixiante.
—¡Amaya! —el grito de Kakucho me hizo reaccionar antes de que Mikey me diera un puñetazo en toda la cara.
Mi corazón latía como loco al ver que Manjiro giró a verme. Sus ojos estaban completamente blancos. Era como si otra persona lo estuviera manejando. ¿A esto se refería con esos impulsos que me habló Takemicchi? Retrocedí de forma lenta, pero fue mala idea, ya que Mikey me había tomando del brazo ejerciendo fuerza. Me quejé y ni tiempo me dio de soltarme cuando me tiró lejos de aquí. Choqué contra South y caí al suelo soltando un quejido.
—¡Amaya! —gritó Takemicchi.
—Maldición... —me quejé. Kakucho también había terminado en el suelo, solamente que él estaba inconsciente.
Tenía miedo, pero no quería que se demostrara, sino todo se ponía un poco más complicado de lo que estaba siendo.
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Always with U || Sano Manjiro
Фанфик"Me quedaré a tu lado hasta que sobrevivas con la esperanza de que florezcas". Winter Flower, Younha, RM. -Historia 100% mía. -Todos los personajes no me pertenecen, a excepción de la protagonista y su familia. Créditos a Wakui Ken. -No se permite c...