Capítulo 78

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Estaba hace quince minutos encerrada en mi habitación debatiendo si pedirle ayuda o no. Se sabía que no debería sentir vergüenza por pedirle que me ayudara a ponerme pijama, después de todo Manjiro sí me ha visto desnuda como yo a él, pero eso ya pasó hace tiempo y la relación entre ambos seguía siendo incómoda y tensa. Sin embargo, a pesar de todo, me sentía aliviada de haber podido conversar con él y tener su compañía aunque sea algunas horas.

-¿Amaya? ¿Necesitas ayuda?

-Eh, sí.

-Voy a entrar.

Lo miré sobre mi hombro-. ¿Me puedes quitar el sujetador?

Él asintió y yo me di la vuelta. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando sentí sus manos frías tocar mi piel. Apreté mis labios y cuando me lo quitó, me ayudó a ponerme la camiseta de mi pijama y se lo agradecí. Me quedé sentada, esperando alguna reacción de su parte, pero tuve que darme la vuelta para ver que sus mejillas estaban rojas. Reprimí una sonrisa.

-Tengo solo una habitación disponible. Si quieres puedes dormir aquí. -dije, arreglando la almohada de mi lado.

-No quiero incomodarte.

-Está bien, no me incomoda.

Me saqué la bota de mi pie y me acosté esperando a que Manjiro se ubicara a mi lado. Mi corazón latía como loco, pero era porque no podía controlarlo. A pesar de todo, siempre lo iba a amar, y aunque esta vez quería enfocarme en mí, tampoco significaba que iba a dejar de lado los sentimientos de Sano, ya que hoy me dejó bien en claro lo mal que estaba.

Me puse de costado y miré su perfil. Manjiro tenía su mirada fija en el techo hasta que ladeó su cabeza para mirarme. Se puso de costado igual que yo y llevó su mano a mi mejilla para acariciarla.

-Espero algún día puedas perdonarme. -me dijo sin quitarme los ojos de encima. Me acerqué más a él. Mikey me tomó del mentón y me besó unos segundos antes de mostrarme su mano izquierda-. Siempre lo llevo conmigo. -me comentó, mirando el anillo que alguna vez nos unió.

-Yo...

-No tienes que decirme nada. Está en todo tu derecho no llevarlo.

Asentí, apretando mis labios.

-Duerme. -dijo, besando mi frente y abrazándome-. Que tengas lindos sueños.

Mis ojos se cerraron y me aferré más a su cuerpo, sintiendo por fin la única calidez que me hacía sentir relajada. A la mañana siguiente me desperté y la cama estaba vacía. Me senté soltando una risa pesada y me tiré mirando fijamente el techo con los ojos llenos de lágrimas. Se había ido.

-Amaya, buenos días.

-¿Chifuyu? -alcé una ceja cuando lo vi entrar a mi habitación-. ¿Cómo entraste?

-Había una llave bajo la alfombra. -dijo sentándose a los pies de mi cama-. Llegué hace poco.

-¿No había nadie en la casa?

Él frunció ligeramente el ceño-. No... estaba sola.

Asentí y suspiré.

-Te traeré el desayuno, quédate aquí.

-Gracias.

Chifuyu salió de mi cuarto y yo llevé mis dedos a mi labios para acariciarlos. Sabía que era real y que anoche Manjiro estuvo aquí conmigo, solo que se fue muy temprano y ni siquiera se despidió de mí. Un papel en la mesita de noche llamó mi atención y cuando la iba a tomar, Chifuyu entró.

-Creo que vengo a regañarte más a que cuidarte. -dijo, dejando la bandeja en mi regazo.

-¿Por qué? -sonreí un poco.

-Por querer unirte a la batalla contra la Kanto Manji. Como tu hermanito no lo voy a permitir, no quiero que te quiten de mi lado. Baji-san se enojaría conmigo si no cuido de ti. ¿Puedes creer que se presentó en mis sueños?

-¿En serio?

-Sí, y envés de decirme algo bonito me regañó por no cuidarte, así que desde ahora serás mi prioridad. -hizo un puchero.

Me reí-. También tienes que cuidar de ti. Tampoco debo permitir que te hagan daño. Por eso en la batalla final no pelearé solo con mis puños.

-¿Q-Qué harás entonces? -lucía asustado.

-Jeje, quiero usar algún objeto que me ayude a golpear con mayor facilidad. Sé que habrá gente más alta que yo y quizás no pueda dar bien algunos movimientos por mi estado.

-Entiendo, entiendo. ¡Ya quiero ver eso! Estoy súper emocionado de verte portando el uniforme otra vez. Se te ve genial e impones mucho respeto cuando lo usas.

Sonreí y piqué su nariz.

-Ya basta que me sonrojo. -dije risueña.

-Hoy estás más feliz. ¿Ese Inui tiene algo que ver?

-Nop. -sonreí-. Es solo que... tuve un lindo sueño.

-Ya veo. -se puso de pie-. Iré a hacer el aseo. Ese idiota parece que solo vino a verte a ti y nada más. -me reí-. ¡Ya, no te rías!

-Te quiero mucho. -le dije y él abandonó mi habitación avergonzado.

Dejé la bandeja a un lado cuando acabé con mi desayuno y tomé el papel de mi lado para leerlo.

"Quizás cuando leas esto yo ya no esté a tu lado, pero quería agradecerte por haberme abierto las puertas de tu casa a pesar de todo. Por primera vez en dos años que llevamos distanciados pude dormir bien y no me quería ir, pero tuve que hacerlo. Cada día que pasa admiro en la hermosa mujer que te has convertido, y aunque me duela verte así por culpa mía, sigo siendo egoísta y te amo como la primera vez que tuve en claro mis sentimientos por ti. Te prometo que algún día volveremos a ser los dos contra el mundo, pero mientras no sanemos mutuamente y la batalla final no acabe, aquellos resultados y promesas no podrán verse. Mi mente contiene muchos acontecimientos borrosos y que no puedo aclarar, y perdóname si alguna vez te hice daño físico, estos impulsos jamás van a justificar mis acciones hacia ti; porque no te lo mereces. Te amo, Amaya, ese es el único sentimiento que tengo claro en estos momentos y haberte besado anoche y dormir contigo créeme que fue como viajar en el tiempo. Cuídate mucho y todos mis buenos deseos son para ti. Se despide, Sano Manjiro".

-Idiota. -murmuré entre lágrimas. Le di un beso a la carta y la guardé bajo unos libros que se encontraban en mi mesita de noche.

Me puse de pie y caminé con cuidado hacia Chifuyu quien al verme con el rostro rojo se acercó a mí mirándome con preocupación.

-¿Pasó algo?

-Hoy tengo ganas de salir del departamento.

-Claro, haremos lo que quieras.

-Gracias. -susurré.

No sé con claridad lo que había ocurrido, pero estaba segura de que la visita de Manjiro había aclarado un montón de dudas en mí.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora