Capítulo 69

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Era el fin. Nadie pudo detenerlo. Mikey había matado a South y nadie hizo nada para cambiar este drástico hecho. Estaba en un estado de shock, mirando el cuerpo inerte de Terano mientras que Takemicchi revisaba si había alguna señal de vida, pero era obvio y todos ya sabíamos que había fallecido. 

—¡Amaya! —escuché el grito de Kenji tras de mí y yo lo miré entre sorprendida, confundida y molesta—. ¿Cómo...?

—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —lo tomé del cuello de su camisa y lo alejé de aquí—. Es peligroso.

—Me da igual. Mírate, estás toda golpeada. —me tomó de las mejillas—. Vayámonos de aquí antes de que sea peor.

No le respondí y miré hacia donde todos estaban. La pelea había finalizado, dejando como ganadores a Kanto Manji. Muchos comenzaron a irse, pero yo no era capaz de moverme ni un solo centímetro. Miré a Kenji.

—Vete de aquí por favor. —le supliqué—. Este no es un sitio en el que deberías estar.

—¡Y tú tampoco! —me gritó—. Tampoco debes estar metida en estas cosas. Sé que lo haces porque quieres a Manjiro de vuelta pero, ¿Crees que ya debes rendirte? ¡Él ya no tiene salvación! —siguió escupiendo verdades—. ¡Y si sigues así, tú tampoco podrás ser salvada!

—Kenji. —mi voz tembló. Apreté mis puños.

—Me duele tener que verte así, dando todo de ti sin recibir nada a cambio. ¡Me duele tener que verte caer en la oscuridad!

—Kenji, no se trata de eso. —miré mis nudillos rojos y llenos de sangre. Dolía tener estas heridas físicas—. No intento recibir nada a cambio, solamente quiero que la persona que amo sea feliz. Me rendí. hubo un tiempo en donde dejé que todo fluyera, pero créeme que era peor porque no tenerlo a mi lado como siempre fue horrible. Sin embargo ahora... no sé qué va a suceder y me aterra.

—Amaya...

—¿Podría pedirte un favor antes de que te vayas? —Kenji asintió—. Si las chicas preguntan por mí dentro de unos días, diles que me fui de vacaciones, ¿Si?

—¿Qué tienes en mente?

—Nada, es solo un por si acaso. 

—Lo haré.

—Gracias.

Kenji se terminó yendo y yo caminé hacia Mikey, quien estaba golpeando a Takemicchi sin detenerse. Las lágrimas estaban nublando mi vista, pero eso no me impidió llegar al lado de ellos y detener el brazo de Manjiro que iba a impactar una vez más en el rostro de nuestro amigo.

—Mátame. —le pedí cuando me miró—. Mátame si eso te alivia.

—¡Amaya! —gritó Senju cuando Manjiro se puso de pie y me tomó del cuello.

Mis lágrimas bajaban sin detenerse.

—Por favor... —susurré—. Sé que no quieres hacer esto.

Mis manos se aferraron en sus muñecas cuando hizo más presión en mi garganta.

—Vuelve a casa conmigo, Manjiro. —mi vista se nubló.

Sin embargo me soltó sin llegar a hacerme más daño y yo tuve que toser y recuperar el aire que había perdido. Me acerqué a Takemicchi y no tardé en llamar a una ambulancia para que llegara lo más rápido posible. Tomé su mano y acerqué mi oreja a su pecho para confirmar sus latidos y me alivie cuando los sentí. Eran lentos, pero al menos estaban ahí.

Mi vista se vio atraída hacia Senju, quien estaba de rodillas ante Mikey. Koko estaba unos metros más allá.

—Todo va a estar bien. —dije volviendo a Takemicchi. La lluvia ya era mínima, pero me permitió quitar algunos rastros de sangre de su rostro con ayuda de mi camiseta.

—Amaya-san...

—Senju. —me puse de pie sin mirarla—. ¿Qué decisión tomaste?

—He disuelto Brahman.

—Ya veo.

—¿Estás bien? Deberías ir al hospital. Tienes muchas heridas.

—Estoy bien. —la miré con una pequeña sonrisa—. He llamado a una ambulancia y estará aquí dentro de poco. Cuida de Takemicchi, ¿Si?

—C-claro.

Comencé a caminar hacia la casa de los Sano. Mi cuerpo entero dolía, pero intenté ignorarlo y pensar que este dolor era mínimo a comparación con el que podía sentir Emma. De solo pensarlo me hacía revolver el estómago. Cuando estuve enfrente de la casa pensé si entrar o no, hasta que la puerta se abrió dejándome con la mano en el aire. Los ojos de Emma chocaron con los míos y su gran sonrisa se borró cuando me examinó de pies a cabeza.

—¿Qué...? —me tomó de la mano y me entró a su casa sin siquiera poder sacarme los zapatos—. ¡¿Qué te ocurrió?!

—Lo siento...

—¡No te disculpes tonta! Ve por ti, ¡mírate! Estás toda golpeada.

—Emma.

—No hables. ¿Volviste a meterte en pandillas, Maya? —me lanzó una mirada desaprobatoria—. Le había dicho a Ken-chan que te mantuviese vigilada por un tiempo y parece que no le funcionó. Hablaré con él cuando llegue del trabajo.

—Emma, él...

—Shh, déjame limpiar esas heridas y te darás un buen baño caliente. Hace un frío para nada agradable luego de que haya llovido toda la noche.

—Él no está. —susurré.

—¿Uh?

—Emma, Draken no está. —mi voz tembló—. Anoche hubo una pelea con las tres deidades. —tenía muchas ganas de vomitar—. Y Ken...

El sonido de una botella cayendo me obligó a levantar la mirada. Emma había botado el suero fisiológico con el que iba a limpiar mis heridas. Comenzó a negar firmemente con la cabeza y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—N-no, eso no es cierto. Ayer hablé con él... estuve con él... —se negaba a creer lo que le estaba diciendo.

—Lo siento. —comencé a temblar. Alejándome un poco de ella—. Lo siento tanto Emma.

—Amaya, no juegues con eso.

—¿Crees que estoy jugando, Emma?

Ella se quedó en silencio unos segundos, que para mí fueron horas. Entonces de un momento a otro comenzó a llorar a gritos. Cerré mis ojos con fuerzas, provocando que las lágrimas cayeran por mis mejillas.

—¡¿Por qué?! ¡Estuviste ahí y no pudiste hacer nada! —me gritó.

—Perdón. —sollocé—. Es mi culpa, si quizás hubiese llegado un poco más temprano...

—¡Pero no lo hiciste! —estaba fuera de sí. Había comenzado a lanzar cosas—. ¡No lo hiciste y ahora Ken-chan está muerto!

Lloré como un bebé.

—Fuera de aquí. —no dejaba de llorar—. ¡Que te vayas maldición!

Me asusté ante el gran grito que lanzó contra mí cuando notó que no me moví. Hice una pequeña reverencia y salí de su casa a pesar de querer acompañarla en su duelo. Pero la entendía. Yo también sabía que esto era culpa mía y que lo sucedido con Manjiro también.

Todo estaba volviendo a ser como antes, nada había cambiado. Esto simplemente era un bucle sin salida alguna y estábamos completamente perdidos. Y yo ya me había hundido completamente.
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Maya... ):

Saber que Emma está viva aquí me duele más el corazón.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora