Capítulo 48

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Miré con atención a uno de los hermanos Haitani, quien también me miró antes de suspirar y bajar la mirada en donde Kakucho e Izana estaban. Les cerró sus ojos y luego se puso de pie, tendiendo su mano hacia mí. Yo dudé si aceptarla o no, hasta que lo hice y él me ayudó a pararme. Sentía mi cuerpo algo entumecido, y él lo notó.

—¿Segura de que te quedarás aquí?

—Sí. —solté su mano. Me ardían los ojos de haber llorado tanto.

—¿Estás bien? —el otro hermano se acercó—. Yo opino que tienes que irte de aquí. Mikey no te dejaría ir a prisión. —ladeó su cabeza.

—Quiero hacerlo. —fui terca a mi decisión—. No, tengo que hacerlo.

—No has tenido la culpa de nada aquí. —habló Ran—. Irte a prisión solamente te hará más daño, Amaya. Todos preferimos que te vayas con Mikey y el resto, ellos te ayudarán a mantener la mente alejada de todo esto.

—Además —Rindo habló—, estás herida. La ambulancia no tardará en llevarte porque les conviene.

—Ustedes... son amables. Muchas gracias.

Ellos me sonrieron. De cierta forma eran... encantadores y sabios en hacer convencer a los demás a cambiar de opinión.

—¡¡Kisaki!! —escuché de repente. Miré en dirección a la moto que se acercaba con toda la velocidad hacia el chico en el suelo. Era Hanma, quien se había llevado a Kisaki lejos de aquí.

Mierda... mientras Kisaki no sea derrotado, no había forma de cambiar el futuro. Caminé hacia la pistola que estaba en el suelo, ya que yo había visto dos y la tomé, guardándola en el bolsillo de mi chaqueta. Sentí unos brazos rodear mi cuerpo.

—Me diste un susto de muerte.

—Chifuyu... —sentí mi labio inferior temblar—. Lo siento tanto.

—Me alegra verte bien pero, ¿Qué haces aquí? Deberías estar en reposo.

—Me escapé del hospital.

—¡¿Qué?!

—Tranquilo, tengo todo bajo control. Vine porque quería respuestas de todo esto. Quería despejar algunas dudas que me estaban atormentando y ver a Mikey. Sabía que él estaba devastado con todo esto.

—Maya...

Sonreí un poco y acaricié su mejilla. Ahora en el campo de batalla solamente estaban algunos de Tenjiku, algunos de Tōman, Mikey y Hina. Los de mi división lloraron al verme cuando me acerqué a ellos.

—¡Váyanse de aquí, ahora! La policía estará llegando pronto. ¡Ya nos vamos a ver, pero ahora, largo!

Ante eso, no solamente los de mi pandilla se fueron, sino que algunos de Tenjiku también. Mikey se acercó a mí, tomando mi mano. La otra acariciaba con suavidad algunas partes de mi rostro.

—Pensé... pensé que te perdería y eso simplemente me rompía el corazón. —su voz tembló.

—Lo siento. —lo abracé. Sus brazos no tardaron en rodear mi cintura. Sentí su cuerpo temblar contra el mío—. Lo siento tanto.

—No me vuelvas a asustar así, por favor. —suplicó—. Prométemelo.

Me separé de él un momento para limpiar sus lágrimas.

—Te lo prometo. —suspiré—. ¿Y Emma, ella cómo está?

—Se quedó en casa. Está algo... traumada.

—Ya veo.

—Gracias por salvarla. —no me miró.

—Te lo dije, no iba a dejar que muriera.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora