Capítulo 55

733 87 36
                                    

Me sentía algo disgustada estando en este lugar lleno de miradas lascivas y mujeres que muchas veces estaban aquí por obligación. Estaba completamente en contra de los burdeles y odiaba ver cómo los hombres se aprovechaban de las chicas, incluso con más énfasis en algunas de ellas que lucían no más de dieciocho años.

—Ha pasado un tiempo.

Miré con algo de desconfianza al chico que se había parado enfrente mío. Sus ojos lucían algo desorbitados y su radiante sonrisa no se borraba ni aunque le pegaran un puñetazo. Me tendió su mano y yo la tomé con un poco de dudas. Nos hicimos paso entre las personas y me guió hacia una habitación que lucía bastante lujosa para esto ser un lugar de mala muerte.

¿Por qué mierda estaba metida aquí?

Luego de ver el video de Mikey no pude evitar recordar el día en que me pidió que lo regañara por si llegase a caer así como ahora. Y entonces me volví a involucrar en la policía solamente para dar con aquellos lugares en los que Bonten había sido visto con anterioridad. Nunca pensé en que volvería a dar con Haruchiyo. Habían pasado doce años desde la última vez que lo vi y tenía algo de miedo, ya que su aura era muy distinta.

—Puedes tomar asiento donde sea.

—¿Eres dueño de este burdel?

—Así es. —sacó algo del bolsillo de su chaqueta y se sentó a mi lado.

—Ya veo.

Él me miró con sus grandes ojos azules.

—Es raro verte.

—El sentimiento es mutuo.

—¿Por qué mataste a Mucho?

Él se quedó en silencio unos segundos.

—¿Cómo supiste que fui yo?

—Es cosa de pensar.

—¿Tengo que responderte?

—Es la idea de una conversación.

—Eres un dolor de culo.

—¿Y tú?

Nos mantuvimos la mirada unos segundos, hasta que él suspiró y apoyó sus palmas en el colchón para tirarse levemente hacia atrás. Su cabello rosa lo llevaba suelto y sus cicatrices a la vista. ¿Qué le habrá pasado? Jamás supe de él en todo el tiempo que estuvo en Tōman.

—Las personas que traicionaron al rey deben ser de eliminadas. —me respondió—. Tú fuiste una de esas personas y me estuve conteniendo todo este tiempo. —me miró de reojo y sonrió—. Hace doce años hicimos una promesa, ¿Recuerdas? Estuve investigando un poco sobre eso del meñique y antiguamente se decía que si la persona no cumplía con lo que se prometió... el meñique tiene que ser cortado. —su voz se tornó más grave—. Yo sigo al lado de Mikey, tú casi te vas con Izana. ¿Quién debe perder el meñique esta noche, querida Maya?

No me moví aunque tuviera miedo. Sanzu se echó una pastilla a la boca y se acercó a mí, tomándome del mentón. Tragué saliva.

—¿Por qué no dices nada, Amaya?

—Gritar no valdría la pena. Eres ejecutivo de Bonten, todos te temen y pedir ayuda sería en vano.

Él sonrió—. Toda la razón.

Sus labios se posaron sobre los míos e introdujo su lengua en mi boca algo brusco. Sentí la pastilla que se había echado segundos atrás en mi cavidad bucal y lo empujé con fuerzas de mi lado. Él soltó una carcajada y yo me puse de pie, sacando la navaja que llevaba conmigo siempre cuando salía.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora