Capítulo 41

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Me senté en la cama, mirando a mi lado a Manjiro dormir plácidamente. Su boca estaba levemente abierta dejando escapar pequeños ronquidos y su cabello estaba esparcido por todas partes. Una de sus manos sostenía el borde de mi camiseta, como si fuese su vieja toalla.

Intenté salir de la cama con el máximo cuidado, pero Sano me aferró de la cintura y me volvió a acostar. Me quedé mirando el techo con frustración.

—Mikey.

Recibí un pesado "mm" como respuesta. Su pierna pasó sobre las mías y casi todo su cuerpo estaba sobre mí. Su rostro estaba escondido en el hueco de mi cuello y su respiración empezó a volverse más lenta. Mi mano viajó por debajo de su camiseta y le hice cariño en su espalda, cerrando mis ojos y dejándome llevar por el momento. Estaba tan calentito que me daban ganas de apretarlo y no soltarlo nunca más.

—Manjiro.

—Dime... —su voz sonaba ronca y amortiguada.

Me callé. Odiaba saber que en doce años él no iba a estar y que para peor, lo nuestro había terminado. Mi celular comenzó a sonar, pero lo ignoré.

—Duerme un rato más. —Sano se alejó para mirarme con sus adormilados ojos—. Lo necesitas.

Lo miré fijamente, quitando los cabellos que no me dejaban ver con claridad su rostro. Sonreí un poco, acariciando su mejilla y dejé besos en toda su preciosa cara para luego acurrucarme en mis sábanas. Sentí un beso en mi coronilla.

—¿Te irás?

—Tengo cosas que hacer.

—Ya veo.

—Te quiero. —besó mi mejilla.

—Y yo a ti.

Y nuevamente caí dormida.

Corrí hacia mi división, mi respiración estaba algo agitada

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Corrí hacia mi división, mi respiración estaba algo agitada. Me había quedado dormida y pasado toda la tarde así. ¡Ni siquiera comí! Pero la llamada de Chifuyu con tanta insistencia me había hecho saltar de mi cama y correr al templo. Ni siquiera me puse el uniforme y apenas alcancé a lavar mis dientes.

—¡Buenas noches, Amaya-san!

Moví mi mano solamente, estaba agotada, corrí demasiado. Agradecía en parte no haber estado en la pelea que Tōman tuvo con los Yokohana Tenjiku. Me dijeron que muchos recibieron bastantes golpes y que son 300, en comparación a Tōman que bajamos una considerable cantidad luego de que Kisaki y Hanma se hayan ido. Estaba pensando seriamente en no meterme en esta pelea. De todas formas iba a estar al tanto de todo, pues tengo una división que guiar. La sexta, pues desde que Hanma se fue volví a tomar la posición antigua.

—¡Antes de comenzar con lo que nos compete hoy día! —gritó Draken sacándome de mi burbuja—. ¡Nuestra capitana de la sexta división, Takahashi Amaya nos tiene algo que decir!

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora