Capítulo 68

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Había estado todo este tiempo esquivando los golpes que Manjiro tenía la intención de darme. Sabía que el que lo estaba controlando en estos momentos era su otro yo, pero tenía miedo. Nunca habíamos peleado físicamente y de forma seria. Pues cuando éramos niños practicábamos las posiciones de las artes marciales y nunca nos dábamos golpes tan fuertes, pero aquí ambos estábamos dañados y yo ya no podía más de lo agotada que estaba.

Acercarse a él era imposible, sus golpes eran cada vez más fuertes y sus movimientos involuntarios. No quería verlo así, no quería ver sus ojos completamente vacíos y sin expresión alguna. No quería recordar que meses atrás sus ojos brillaban y su sonrisa era tan radiante como nuestra relación. Y me odiaba. Me sentía culpable de todo esto, me sentía culpable de solo hablar y no tomar acciones.

—¡¡Amaya!! —gritó Takemicchi. Yo lo miré unos segundos, pero fue suficiente para que Mikey me diera una patada en todo mi abdomen y yo saliera volando lejos de donde ellos estaban. Tosí saliva, cerrando mis ojos para aguantarme el horrendo dolor que se comenzó a expandir por toda la zona golpeada.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Tenía tanta rabia, tantos sentimientos mezclados que no podía pensar con claridad. Me sentía ahogada y en cualquier me iba a dar un ataque de pánico. Pero hice lo posible para tranquilizarme.

—Hey, Amaya. —no lo miré—. No tienes que seguir aquí.

—No quiero perderlo. —apreté mis puños y observé mi reflejo en el charco de agua—. No quiero perderlo...

—Mikey... ya es otra persona. —su voz sonaba agotada—. Que vuelva en sí va a ser difícil y lo sabes.

—Pero Benkei-san —lo miré, las lágrimas caían sin poder detenerlas por más que quisiera—, no quiero que él sea otra persona. Quiero que vuelva a ser el mismo chico de hace dos años.

Me puse de pie, haciendo una mueca por la molestia del golpe. De seguro me iba a quedar un moretón, pero en estos momentos no me importaba en absoluto. Pasé por al lado del dúo dinámico.

—Por favor... si algo se sale de control no me detengan. Uno de los dos va a tener que destrozarse para salvar al otro.

Y estoy dispuesta a ser yo.

—Amaya...

Seguí con mi camino hacia donde South había aprovechado para enfrentarse a Mikey. Takemicchi llegó a mi lado y yo lo miré en completo silencio.

—P-perdón, sino te hubiese hablado quizás Mikey no te hubiese golpeado.

—¿Qué estoy haciendo mal? —lo ignoré—. ¿Por qué no puedo simplemente atarlo a mí?

—Amaya...

—Todos estos años ha sido hablar con un fantasma. —mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas—. Y yo ya no sé si sea capaz de seguir así, Takemicchi. Es como si yo también me estuviese consumiendo con todo esto. —me abracé—. Y tengo tanto miedo.

—Lo dije, Amaya. Voy a derrotar a Mikey, vamos a derrotarlo. —me tomó de los hombros y me abrazó. Mi labio inferior tembló—. Vamos a traer a Mikey de vuelta, ¿Si?

No dije nada porque no sabía si eso se podía prometer.

Volví a mirar hacia donde Mikey se estaba enfrentando a South y no fui capaz de seguirle el ritmo a la pelea. Hasta que Takemicchi me sorprendió poniéndose en medio de ellos. Sin embargo, eso no era tanta sorpresa a como South había terminado.

—¡Es suficiente, Mikey! Tienes que parar, sino South morirá!

Estaba todo golpeado. La sangre escurría por su ojo, nariz y boca. Era una imagen asquerosa y dolorosa a la vez. Mientras que Mikey tenía también unos golpes que se mezclaron con los que yo le había dado hace minutos. Manjiro estaba algo ido y balbuceaba cosas de las que yo no era capaz de comprender ni de escuchar. Lo único que sabía era que tenía que sacar a Takemicchi de ahí antes de que terminara mal.

Corrí, ignorando el llamado que Takeomi y Senju hacían hacia mí. Mikey tomó el brazo de Takemicchi y lo rompió, pero yo rápidamente golpeé la mejilla de Manjiro y él salió volando al otro extremo. El grito de mi amigo aturdió mis oídos por unos segundos, pero no me impidió tomar a Mikey de los hombros.

—Suéltame. ¿Acaso quieres morir?

—Detente. —podía sentir lo tenso que estaba—. ¡Vas a terminar matando a South!

—Eso es lo quiero. Ahora, me sueltas o te mato. —no decía mi nombre. Seguramente no distinguía quién era.

—¡¡Ya basta!! —le grité—. ¡¡Sé que no quieres hacer esto!! Y si... y si Sano Manjiro está ahí y me escucha... por favor vuelve, ¡Por favor entiende que aquí hay gente que te quiere! ¡¡Por favor entiende que Takemicchi volvió al pasado solo para salvarte a pesar de tener el futuro que todos deseaban!! Deja... deja de ser tan egoísta por una vez.

—Eres molesta. —dijo, quitándome de forma brusca—. Ya déjame en paz.

—¡No! —grité—. Hace tres años pediste que te regañara cuando estabas cayendo y eso es lo que estoy haciendo. ¡¡Estoy harta de todo esto!! Estoy cansada de que todo sea un maldito bucle contigo, Manjiro. ¡Ya deja de caer! Tenemos opciones para salvarte y lo sabes, ¡Deja de ignorarlas! —Mikey me miró sin ninguna pizca de sentimientos. Se acercó a mí y yo quedé paralizada por unos segundos.

—Ya basta. En serio lo estoy diciendo. —su voz tembló por unos momentos.

—Mikey, no tomes decisiones que te pueden hundir más. ¡Eres solo un adolescente! —grité—. Deja de cargar con cosas que no son tuyas ni con la culpa de actos del pasado. Si quieres culpar a alguien por favor que sea a mí. —susurré—. Merezco toda la culpa de que esto se haya desatado así.

Manjiro no me dijo nada. Simplemente se fue de mi lado y yo caí de rodillas. Me sentía tan mal con todo esto. Sin embargo, debía detenerlo costara mi vida o no.

Always with U || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora