CAPÍTULO XLVIII

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Cuando llegué a la estación había cámaras por todos lados lo que me hizo retroceder y detener mi auto unas cuadras atrás. Reconocerían mi auto y si llegaba caminando también lo harían conmigo. En este punto me importaba muy poco lo que los medios quisieran o pensaran, pero un escandalo como ese era lo menos que Kamille necesitaba. Busqué mi celular y llamé a Paula.

-Necesito que te quedes en el departamento y ni se te ocurra venir- fue lo primero que dijo.

-Tarde- Paula bufó.

-Vete.

-¿Que esta pasando? ¿Que hizo?

-Verónica eso es información confidencial, eres mi mejor amiga pero no puedo revelarte las razones, es algo que no te concierne.

-¡La mujer que amo está presa! ¿Me vas a decir que no me concierne? No hay nadie en ese maldito planeta a quien le importe más Kamille que yo, claro que me concierne.

-Verónica, vete a casa.

-No, no lo haré. Iré, entraré y la veré. Y si no vas a ayudarme, entonces intenta impedirlo- corté la llamada y suspiré pensando una manera en la que pudiese entrar sin que me vieran. Era imposible, habían demasiados periodistas. Paula volvió a llarmarme- ¿Que?

-Estaciona a unas cuadras abajo de la estación, ya voy a buscarte ¡Y como chingas!- sonreí victoriosa y Paula cortó la llamada. Me apresuré a conducir hasta donde me ordenó, minutos después vi su patrulla estacionar delante de mi. Me bajé del mio y me subí al de ella, que me miró mal en cuanto entré- sólo quiero advertir que Kamille no recibirá tu visita porque no puede ver a nadie, estarás allí siendo inutil y perdiendo tu tiempo.

-Si, pero estaré cerca. Deja de hablar y llévame allá- Paula giró los ojos y condujo hasta la estación. La patrulla entró en ella y después de bajarnos, Paula me llevó a una sala, donde estaba Scarlett llenando unos papeles.

-Pero que… ¿Que se supone que haces aquí?- Me miró con sorpresa y luego a Paula- No se supone que debes ser imparcial.

-No sabes lo que es de insistente Verónica.

-Sigo aquí- ambas me miraron.

-Verónica, te aprecio, pero no deberías estar aquí. 

-Quiero estarlo y quiero verla.

-Es imposible, ya te dije- giré los ojos y me senté en una de las sillas cubriendome el rostro. Scarlett se sentó a mi lado después. 

-¿Por qué nadie puede verla?

-Estamos esperando a su abogado- me miró.

-Pero tú eres su abogada- hablé obvia y negó con la cabeza.

-No, soy abogada de la editorial. Trabajaré en conjunto con su abogado si, pero no seré su defensora principal. La editorial está en problemas y ella como jefa deberá resolverlos, es lo único que puedo decir ahora- suspiré y me llevé la mano a la cabeza. Me sentía confundida y tan perdida en todo esto. Definitivamente no esperaba que de repente llegaron tres policías y se llevaran presa a Kamille. Mi cerebro aún no podía procesarlo. 

Quería que estos se arreglara. Estaba enojada con Kamille pero no significaba que le deseara el mal. Eric me llamó minutos después y suspire descolgando. 

-¿Cómo es que Kamille esta presa? 

-no se. Quisiera saber porque pero no entiendo nada de lo que pasa eric. Scarlett me dijo que era algo de la editorial ¿tu sabes algo? 

-No, le pregunté a mi padre y sólo dijo que lo solucionaría. No sé que diablos está pasando- suspiró- iré a tu departamento si…

-Esoy en la estación.

DE CAFÉ A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora