¿Querías maratón? Bueno, he aquí el maraton porque soy una buena persona y ustedes lo merecen. WONKA DICE: GOCENLO.
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-¿has estado trabajando sola?- mordí mi pepinillo mientras comía con Susana. Kamille se había ido a Francia desde hace ocho días y yo no recibí ningún mensaje de su parte desde entonces. La noticia me tomó por completa sorpresa, pero me golpeó de frente la realidad cuando entendí que ella no tenía porque avisarme o explicarme sus decisiones. El “Si quieres cuando estes mejor me mandas a la mierda” se lo tomó bastante literal.
-Si, pero todo ha sido más fácil. Le envío las cosas a Kamille por correo y ella las revisa, el nivel ha mejorado muchísimo- asentí e hice silencio- Esta muy contenta con tu trabajo y el plus que le diste al equipo.
-Yo no hice nada, realmente- negué con la cabeza.
-Estamos a un poco más de tres semanas de entregar los libros y estoy emocionada por los resultados. Yo reviso su trabajo y se que vienen cosas grandes para nosotros.
-Bien por nosotros y por tu magnífico trabajo- chocamos nuestras manos y reímos.
-¿Celebrando que su estricta jefa dejó su proyecto tirado?- Laila pasó por nuestro lado con una sonrisa burlona. Miré a Susana y ambas decidimos ignorar el comentario. Terminamos de comer y fuimos a la oficina, tomando nuestros respectivos lugares. Había trabajado el doble para tener el libro listo en dos semanas, ya que eso era un reto completamente pero estaba dispuesta a aceptarlo. La partida de Kamille de esa forma tan abrupta me había afectado más de lo que admitía pero me había hecho concentrar en escribir y escribir como una maniática. Sabía que volvería pero no sabía cuándo y la curiosidad me carcomia, quería saber cuando volvería y sobretodo porque se fue.
A las tres de la tarde hablé con Susana y avisé que tenía una cita por el asesinato de Adrien y a falta de su prima, iría yo. Ya que tenía entendido que ni Pierre o Eric irían. Salí de la oficina y entré al ascensor, antes de que las puertas se cerraran, Victoria las detuvo y entró conmigo.
-Me enteré que estabas escribiendo, me alegra que hayas decidido cumplir tus sueños- miré al frente y repasé el color y la tipografía de las letras que componían la frase escrita ahí, todo con tal de no mirarla- Me alegra de verdad.
-Gracias.
-Tengo una vida maravillosa, Verónica.
-Bien por ti- me reí y ella me giró para ponernos frente a frente.
-Tengo una vida maravillosa, soy una persona diferente a la que te engañó y me arrepiento cada día de lastimarte de esa forma porque me pareces una mujer tan, tan maravillosa y si pudiera lo arreglaría pero eso me hizo ser quien soy y a ti también.
-Gracias por fojarme el carácter de esa forma tan amable- las puertas se abrieron y me safe de su agarre saliendo del ascensor.
Era un poco rencorosa, si así era. Y no me importaba.
Cuando llegué a la estación me hicieron esperar unos minutos antes de entrar a la oficina de Paula. Mientras lo hacía y me seguía convenciendo de que realmente no le importaba a la persona de quien creía ser amiga; me llego un mensaje de Eliza avisando que los resultados de Kamille estaban listos hacia ya varios días y ella no los había recogido. Suspiré y cerré los ojos. Tenía muy presente que ella estaba en Francia, pero el hecho de que tantas cosas me empujaran a enfretarme con ello cada cinco minutos me parecía una tortura.
-Vero- Paula me llamó y me levanté caminando hacia ella y respondiendole a Eliza que Kamille estaba de viaje entre a la oficina- ¿Como estás?
-Bien, aunque con las fechas de finalizacion del libro respirandome en la nuca- Paula sonrió y se sentó del otro lado del escritorio.
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DE CAFÉ A TI
Storie d'amoreUna de las cosas que más increíble me parecía de la vida, o tal vez del destino, era lo difícil y caprichosa que podía volverse. Me robaba sonrisas y me robó el motivo de ellas. Me entregaba tristeza y dolor, cuando estaba en máximo punto de felicid...