Desde que comenzó a estudiar para ser lo que quería desde niño todo cambió.
"Cada día como carne, aún fingiendo querer ser vegetariano.", aquella frase ahora describía su vida desde que lo conoció.
¡Advertencia:
🕊; Contenido en contra de la exist...
Giró hacia la puerta levemente y sin pensarlo tomó de la mano al rubio para llevarlo corriendo lejos.
—Espera... ¿por qué estamos corriendo? —dijo al tiempo en el que le seguía el paso al alto.
Estando lo suficientemente lejos del salón, se detuvo.
—Perdón... yo...
—No te preocupes... eh...
—¿E-Estabas espiando, verdad?
—Sí.—confesó cabizbajo. —Suena raro pero...
—¿Podemos ir primero a la habitación?... —lo interrumpió. Se sentía extraño. Demasiado.
¿El diablo lo estaba poseyendo?, tal vez. Porque ahora tenía un pensamiento impuro.
Besar a su profesor.
En vez de sentir asco o repugnancia, lo que más quería ahora era besar a su profesor.
De inmediato comenzó a rezar. Pero la imagen de sus labios cerca a los suyos vinieron a su mente y comenzaron a torturarlo.
—Está bien... pero no es necesario que reces...
—Perdón. Ya vámonos. —tomó su muñeca para llevarlo casi a rastras al cuarto que compartían.
El rubio no tuvo de otra que dejarse hacer.
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—Ahora sí. ¿Me dejarás continuar?
—Sí. Ahora sí dime, Ning...
—Bueno... estuve espiándolos.
—¿Desde qué momento? —preguntó nervioso.
—Lo suficientemente como para decir que el profesor Choi y tú-
Tocaron la puerta interrumpiendo lo que el rubio iba a decir.
—¿Nosotros qué?...—preguntó asustado. Ignorando que estaban tocando.
—Son... son...
—¿Somos qué...?
—Son homosexuales.
Negó fugazmente. Se cubrió el rostro con sus manos. No podía ser eso.
—¿Q-Qué?... estás equivocado, Hueningkai. No somos eso... está mal. Ni siquiera puedes decirlo. —dijo esto con algo de miedo en su voz.
—De verdad lo parecían... es decir, también dijiste que sentías nervios cuando estabas con él... tienes que hacer algo cuanto antes, sino traerá consecuencias... —dijo con un tono extraño de voz. Como si fingiera estar asustado.
Soobin apretó los labios.
Tocaron la puerta con más insistencia.
—Realmente se veía que... los dos estaban a punto de besarse...
