—Pero ésta pregunta es muy fácil, Soobin-ssi.
—Claro que no lo es. —susurró en un mohín, de manera en que solo Yeonjun lo escuchara. Se acomodaba el cabello al tiempo en que se relamía los labios. Labios que Yeonjun vio con ganas de besar.—¿Por qué no me dice la respuesta, profesor? —preguntó en un tono berrinchudo.
—Es una práctica, Bin, ¿por qué no me preguntaste eso en las clases?—regañó, mientras acariciaba su mejilla.
—Porque siempre me distraes, hyung malo. -murmuró.
—¿Te distraigo?...
-No... no. —mintió mientras negaba con una sonrisa que no podía ocultar.—No es eso... Pero igual es injusto.
—¿Injusto?—soltó una risita por su comportamiento.
—Sí. Demasiado injusto.
—¿Qué es injusto?—lo tomó del mentón, haciendo que mantengan contacto visual.
—No te voy a decir. —colocó un puchero para luego sacar la lengua fugaz.
—Dime ahora, Soobin, o sales desaprobado. —amenazó en un tono fingido de autoridad.
—¿Lo ve?, eso es injusto. —dijo aniñado.
—Claro que no lo es. —negó mientras sonreía, y afirmó su agarre para que de a poco fuera acercando sus labios a los contrarios.
—Sí... lo es. —con un tono de voz bajo, fue cerrando los ojos.
Y estaban a punto de besarse, de no ser por una voz.
—Profesor Choi, acabé mi práctica.
El par se sobresaltó y se separaron bruscamente.
Habían olvidado que estaban en el salón en medio de una práctica, por lo tanto no estaban solos.
—Es la "c", te veo luego de clases, Soobinnie.—susurró en su oreja, así tensándolo.
Asintió sonriente con movimientos de cabeza y contento siguió con su práctica.
—Taehyun, ahora lo reviso.—dijo algo nervioso, para recibir la hoja.
—Gracias.—dijo sonriente.
Ya ni siquiera trataban de ocultarlo. Era tan entretenido.
Por otro lado, Beomgyu moría de nervios. Después de todo sería el día en que su plan se llevaría a cabo.
Luego de marcar cualquier cosa en el formulario se levantó de su asiento.
—Profesor, ya acabé, voy al baño.
—Bien... —colocó la hoja en su escritorio para después acomodarse las gafas. —En cinco minutos acabamos, terminen de una vez, por favor.
Sunoo moría de curiosidad.
—Falta algo más.—susurró.
—¿Qué falta? —preguntó Niki, bajito.
—Oh... al fin me prestas atención.
—Es que quería contarte algo...
—¿Qué es?
-Creo que el profesor y el nuevo tienen algo. —dijo como si acabara de descubrir un tesoro escondido.
—Te dije eso hace un tiempo.—rodó los ojos.
—¿En serio?... no lo había notado.
Este suspiró. Era obvio que Niki nunca dejaría de ser distraído.
—Eres muy distraído, Niki.
—¿Lo soy?
—Sí. Lo eres.
—¿Es... tá se... guro...—su tutor siguió besándolo. Al tiempo en que desabrochaba su camisa con apuro. —de que... mgh... mgh... —su lengua se adentró. Y no tuvo de otra que también seguir el ritmo.
Jadeando comenzó a desabrochar el cinturón contrario y cuando lo hizo se dedicó a tomarlo de la mejilla para ladear su rostro.
—Abre, Soo.
En un movimiento se bajó el pantalón y ropa interior completamente, colocó una pierna alrededor de la cintura contraria para jadear fuerte al sentir como Yeonjun lo acercaba a él.
Uno, dos, tres.
Fuertes ruidos de trompetas y saxofones comenzaron a sonar. Una estruendosa canción dio a inicio.
—¡Ah! ¡ah! ¡ah! ¡Y-Yeonjun-hyung! ¡a-ah! ¡ah! —fuertes golpes resonaban por el cubículo.
No importaba cuan fuerte gimiera, chillara, jadeara o gritara. Al estar en el baño que estaba al lado del salón donde practicaban a el coro de la Iglesia, jamás podrían ser oídos.
Soobin se estaba volviendo loco. Era demasiado el placer que sentía solo con una acción.
Solo con sentir que Yeonjun lo penetraba. Tocaba aquel punto sensible repetidas veces. Aquel punto llamado próstata. Su novio igual.Pensó que tal vez al momento de decidir dedicarse a ser un profesor religioso, nunca podría experimentar el sexo.
Pero ahí estaba.
Follando a su menor alumno como si fuera la última vez. Éste jadeando y gimiendo su nombre, al tiempo en que comenzaba a arañar levemente su espalda desnuda.
Y si se veía desde otra perspectiva...
Eran un postulante a cura y un profesor de religión, siendo lo más ruidosos posibles mientras que mantenían relaciones sexuales, al saber que no serían descubiertos por el fuerte ruido.
Sin saber que a pesar de tratar de ocultar su relación, algunos ya se habían dado cuenta de lo obvio.
Simplemente no podían ocultar el amor que ambos se tenían. Porque aunque no lo quisieran, salía a la luz inconscientemente aquello, al estar en su propio mundo.
Y no podían seguir así.
—¡Yeonjun-hyung! ¡Y-Yeonjun! m-me... ¡vengo! —soltó un último gemido agudo al sentir su tutor eyacular dentro de él, acabando también por aquello.
Dio besitos en su cuello para después salir despacio.
Tomó su mentón, y a diferencia de hace minutos, cuando estuvo a punto de besarlo y fue interrumpido por Taehyun, tranquilamente unió sus labios a los de Soobin. El pelinegro ladeando el rostro para recibirlo.
Después de oírse chasquidos, se separaron agitados.
—Soobinnie, te amo. —dijo sobre sus labios.
Este soltó una risita feliz. Para luego rozar sus belfos y decir.
—También te amo, Yeonjun-hyung.
Y de nuevo, sus labios se fundieron.
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♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆
FanfictionDesde que comenzó a estudiar para ser lo que quería desde niño todo cambió. "Cada día como carne, aún fingiendo querer ser vegetariano.", aquella frase ahora describía su vida desde que lo conoció. ¡Advertencia: 🕊; Contenido en contra de la exist...