VI

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Se quitó la camisa de manera apresurada y quedó con el torso desnudo frente al espejo.

Se relamió los labios y negó fugazmente.

Buscó entre sus cosas una caja, entre el armario quitó ropa y al fin pudo hallarla. Abrió el seguro y un collar con una cruz de adorno estaba en el interior. Se la puso de inmediato y después se quito el pantalón.

Se dirigió a la ducha y abrió de inmediato la llave con agua fría.

No estaba bien el hecho de querer tocar a su alumno por debajo de la tela de su delgada camisa, de querer besarlo, de querer abrazarlo siempre y de querer decirle todo el tiempo que era lindo.

Tampoco estaba bien el hecho de que un hombre le gustara con locura.

Porque aunque Soobin no lo haya notado, todas las mañanas y tardes a la hora del receso, Yeonjun siempre lo veía a escondidas. Y no para supervisarlo como un tutor, sino sólo para ver lo lindo que era.

¿Dios lo ponía prueba?... ¿debía de resistir a su viles encantos?, ¿esto era algo similar a la manzana de Adán y Eva?

Porque para él, la manzana cada día más se veía jugosa y más roja. Y tenía ganas de al menos dar una mordida.

Aunque esa tarde estaba a punto de lamerla.

Negó con la cabeza.

Comenzó a rezar en ese mismo momento para que los pensamientos impuros se fueran. Pero el recuerdo de como se sentía su delgada cintura y su olor a champú de fresas lo invadieron.

Cada vez que hablaban y se ponía nervioso. Cada vez que lo llamaba para participar y siempre acertaba, cuando lo felicitaba y de nuevo sus mejillas se tornaban rojas.

Sus labios forma corazón, sus cachetes gorditos, sus ojos forma avellana, su esbelta figura y cabellos azabaches. Era demasiada fuerte la tentación. Tal vez no era un buen fiel de Dios.

Apagó la llave de inmediato y salió con una toalla en la cintura. Se colocó una ropa cómoda y se tiró a su cama cansado.

Sin darse cuenta de que había un bulto entre sus piernas.

Cuando lo hizo, se sintió tan culpable que ni siquiera miró la erección. 

No durmió bien en toda la noche por estar pensando en como deshacerse de los pensamientos que lo atormentaban. 

Y eso que apenas iba un mes con el pelinegro.

No sabía como lidiaría con ello por tres años.

No sabía como lidiaría con ello por tres años

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—Y eso.

—Espera... ¿cómo se supone que harán eso?

—No lo sé. 

El tono de voz que usó fue uno desinteresado. 

"Es obvio que nunca expondría al plan verdadero así como así", pensó. "Ya quisiera yo tener uno de verdad."

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora