XLIII

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Abrazados entre sí.

Soju y semen por todo su delgado cuerpo, haciendo que ambos estén pegajosos por ello.

Y por algún motivo, su miembro aún estaba dentro suyo.

Despertó de a poco, sintiendo que no podía ni levantarse. Su cabeza doliendo insoportablemente, espalda baja y trasero de igual forma.

Vio a todos lados y no supo con exactitud como, cuando y porqué estaba en aquel lugar.

Pero aunque se sentía morir por el dolor y estaba angustiado por no saber que hacía en lo que parecía ser un hotel, vio a su hyung dormir pacíficamente a su lado con una sonrisa en los labios, y aquello, le hizo sonreír.

—Yeonjun-hyung... Junnie.. —movió sus hombros. Y aquello sólo provocó que su mayor se acurrucara mejor en su pecho.—Mgh... —cerró los ojos al sentir que era abrazado fuertemente.

Estuvo así durante 2 minutos, y ya estaba a punto de dormirse de nuevo, de no ser porque de repente recordó algo.

—¿Que día es hoy?... —musitó algo preocupado.

Lo último que recuerda con claridad era que cuando tomó dos vasitos de líquido transparente, sintió el abrazo cálido de su maestro y vio todo algo borroso. De ahí, no recuerda muy bien lo que pasó después.

Se tocó el cuerpo, y sintió pegajoso, sentía su trasero entumecido. Y se avergonzó al sentir que estaba unido a Yeonjun.

No se dio cuenta de ello.

Por lo que salió de a poco, sintiendo su entrada doler y formó una mueca, mordiendose el labio.

¿Qué había pasado?

Visualizó entonces que en la mesilla de al lado de la cama, había una cámara.

Y abrió los labios al recordar que había llevado aquella pero... ¿acaso había grabado algo?

No quería salirse del agarre de Yeonjun, pero la curiosidad lo carcomía. ¿Qué tanto había filmado aquel aparato?

Además... ¿acaso habían dormido y despertado en otro lugar que no era el Internado?, si era así, estaban en graves problemas.

Es por ello que, alarmado, movió con más insistencia los hombros de su novio.

—Hyung... hyung...

Éste ni se inmutaba, sólo estaba durmiendo como si no lo hubiera hecho por días.

Y formó un mohín al notarlo, por lo que decidió besarlo. Y al hacerlo, notó que su boca sabía a alcohol...

Alcohol...

¿Él también sabía a alcohol?

Al apresar sus labios, mordió su labio inferior un poco fuerte, y más, y más fuerte. Sintiendo como Yeonjun jadeaba y se levantaba de golpe.

—Y-Yeonjun... —se sentó junto a él. —Hyung... —se cubrió con una almohada.

—Soo... binnie... —volteó a todos lados, para ver el lugar. —¿Q-Qué?... ¿dónde estamos?... ¿Esta... mos en... un hotel? —musitó.—volteó a verlo confundido.

—Creo que sí... pe-

Sintió que era besado por él, callándolo. Y sus mejillas se tiñeron de más rojo, cuando sintió su lengua pasar suavemente y fugaz por su mejilla.

—Binnie... sabes a soju.—le dijo algo confundido.

—Tú también... hyung. —le respondió con un pequeño puchero.

Yeonjun tampoco recordaba con claridad lo que había pasado luego de tomar aquel licor.

Sin embargo, lo que no le cuadrada era porqué estaban en aquel lugar. Hasta que vio el reloj de pared que estaba en la habitación, indicando que eran las diez de la mañana.

Y abrió los ojos en grande. Tampoco estaban en el Internado. Más la sensación de sentirse algo pegajoso y de no saber con exactitud qué había pasado, agarró una almohada cubriendo su parte baja y se levantó de inmediato.

—Soo... no estamos en el Internado.

—Ya me di cuenta, hyung... —recibió un suspiró algo agotado. Yeonjun comenzando a pensar en alguna excusa, e imitando Soobin su acción anterior, pero con sabanas cubriéndose esta vez, se levantó. —Tenemos que ducharnos... auch.—se frotó la sien con dolor. Aún le dolía la cabeza.

—¿Estás bien, Binnie? —se acercó a él para tomar su mejilla.

—Sólo... me duele un poco la cabeza... y... el cuerpo...

Con una mueca preocupada lo tomó del brazo suavemente hacia la puerta del baño.

—Primero duchémonos y luego al bajar te compraré una pastilla para el dolor de cabeza, ¿sí, Soobinnie?

—Está bien, hyung... gracias...

—No es nada, bebé. —besó sus labios para sentir como su pequeño lo recibía. Y se separó para hablar. —Sobre el dolor en tu cuerpo, ¿te caíste y no lo recuerdas?...

—Si soy sincero... no sé porqué, tampoco recuerdo nada. —musitó.

Este apretó los labios.

—De todas maneras, le preguntaré al farmacéutico porqué te duele. —dijo para luego cerrar la puerta del baño. Soobin asintiendo con una media sonrisa.

Luego de ello, con algo de recelo quitaron sabanas y almohadas que evitaban su completa desnudez, para entrar sorpresivamente a un ¿jacuzzi?... ya que no había ducha o bañera alguna.

Yeonjun no recordó pagar aquello, y estaba seguro de que no le salió nada barato. De todas maneras, no sintió arrepentirse para nada cuando vio a su pequeño emocionado por ver un jacuzzi por primera vez en su vida.

Pero había algo que lo atormentaba.

Su trabajo y relación estarían arruinadas por el hecho de no haber dormido en el Internado.
Era extremadamente sospechosa la forma en la que no volvieron en el toque de queda, y creía que... ninguna excusa sería creíble ahora.

Sin embargo, decidió no pensar más en eso por más que quisiera.

Sólo si el universo los amaba lo suficiente, lograrían zafarse de aquello. Aunque técnicamente era imposible.

Bajo otras circunstancias, tal vez hubieran tenido sexo en aquel momento. Pero, Soobin sentía que no podía por el dolor en su parte baja, además de la preocupación de la falta grave que había cometido y el hecho de que su hyung salga perjudicado.

Yeonjun sólo estaba pensando en otras cosas, como una excusa.

Y el hecho de que se quedaría sin trabajo de alguna manera no lo asustaba del todo, pero lo que sí, era su relación con su bonito novio.

Con un silencio, ambos con toallas en las cinturas salieron del jacuzzi.

Resultó que sólo Yeonjun tenía su uniforme al alcance. Soobin como había llevado un disfraz de sirvienta trató de buscarla. Encontrándolo en el suelo, mojado de soju y las pantys negras rotas como si un gato hubiera jugado con ellas.

Otra vez, ninguno recordó porqué estaba en ese estado.

Supusieron que en verdad el menor se había caído.

Su maestro recordó que su uniforme estaba en el auto. Por lo que pidiéndole que se quedara en su lugar, para ir a traerlo, junto a pastillas para sus dolores, fue de manera rápida.

Tampoco podían demorar mucho en ir al Internado.

Soobin ya estando solo, olvidó de un detalle. La cámara. Por lo que algo apurado, con la chaqueta de su hyung cubriéndose, fue a tomarla.

Y esta estaba sin batería.

—No... —formó un puchero, triste.

Supuso que... tenía que cargarla.

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora