XXV

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Pasaron 3 días desde que la pareja estaba distante.

3 días de desesperación para los dos, y no solo para ellos. También para Beomgyu.

Porque tenían que reconciliarse cuanto antes, para que Kai los pudiera grabar y por consiguiente tener la amenaza ya y cuanto antes. Ya que cuando a alguno de ellos se le diera la gana, podrían fácilmente acusarlo junto a su grupo de ateos.

Se mordía las uñas nervioso.

—Mi tarea. —a propósito golpeó el libro en su carpeta. Y el mayor frunció el ceño.

—No tienes porqué golpear el libro así. —tomó del libro y lo colocó frente suyo haciendo un ademán.

—¿Por qué? —respondió desafiante. —¿Acaso estás de mal humor?—se acercó a él para susurrarle, alzando las cejas. Provocándolo.

—Llámame profesor, recuerda que también eres mi alumno.—le respondió de igual manera, susurrante y con las cejas fruncidas.

—¿Y si no quiero qué? ¿me llevarás a dirección?

—Deja de provocarme.

—Deja de ser un malhumorado.

—No lo soy.

—Sí lo eres.

Y se miraron desafiantes.

Hasta que alguien tocó el hombro del menor.

—Perdón... pero también quiero entregar mi tarea. —detrás de él, habían tres personas haciendo fila. Y Sunoo era quien estaba a su atrás.

Le dio una mirada fulminante. Sunoo tragó saliva.

El otro día lo había visto hablar con su profesor, y perfectamente vio como aquel hacia que su Yeonjun se sonrojara.

Estaba tan celoso. ¿Qué le había dicho para hacerlo avergonzar?

Es por eso también que su enojo hacia su profesor había aumentado por ello. Y ahora no le caía bien aquel pelinegro.

—Soobin, puedes retirarte. —le dijo en un tono severo.

Este se relamió los labios en una mueca para apartarse a un lado, mas no ir a sentarse.

Y vio perfectamente como Yeonjun le sonreía a aquel para recibir su tarea. Y el pelinegro igual.

—Tome, profesor... debo admitir que estuvo un poco difícil, especialmente la pregunta 18.—dijo con una media sonrisa.

—Este libro en especial contiene preguntas de este tipo, me alegra que lo hayas notado. —le mencionó en una sonrisa.

Sunoo soltó una risita.

Y fue suficiente.

—Esto es ridículo. —bufó molesto con un tono berrinchudo. Su profesor lo escuchó perfectamente, y quiso regañarlo, sin embargo notó que se iba.

Él dispuesto a irse sin siquiera ser receso y sin permiso de su docente.

Y Yeonjun lo notó, por lo que quiso decirle enojado por su actitud, que no se vaya. Pero.

—Oh, joven Choi. Que coincidencia.—mencionó en una sonrisa enorme.

De inmediato dio una reverencia por saludo.

—Señor Park, buenos días.—dijo con un "Maldición." interno.

Los demás estudiantes se levantaron a saludar.

—Señor Park, buenos días, ¿qué lo trae a este salón?—preguntó en una sonrisa. A pesar de que ahora quería regañar y castigar al de cabellos negros, quien estaba más rebelde de lo normal.

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora