LX

144 11 0
                                    

—Bien, como ven, estos son los dormitorios.

Ambos vieron que aquellos pasillos eran realmente extensos.

Hueningkai caminó más a dirección de una estatua de un ángel. Apreciandolo con cuidado.

En cambio, Soobin abriendo ligeramente los labios, vio el bonito paisaje que se podía ver desde aquel lugar.

Yeonjun quedando embobado con su imágen angelical. Labios forma corazón, ojos rasgados y nariz perfecta. Cabellos negros como la noche azabache que siempre apreciaba todos los días en el mismo lugar.

No sabía porqué, pero, ver a su nuevo alumno, le traía calma. Hacía que su corazón latiera frenético, emocionado. Cada vez que sonreía era mágico, porque al verlo, él también lo hacía.

Es como si tuviera un hechizo encima. Y cuando se dio cuenta de que lo estaba viendo mucho, apartó la vista, bruscamente.

¿En qué estaba pensando?

Soobin parecía ser un ángel para él. Pero no de la manera en admirarlo por la pureza que desprendía, si no, por...

—P-Profesor...

Sacudió levemente su cabeza. Aturdido.

—Soobin-ssi... ¿pasa algo?

—N-No... nada... s-solo me preguntaba s-si... bueno... este... l-las habitaciones...

Tomó su hombro, haciendo que salte en su lugar.

—¿Hm?

Vio su rostro con detenimiento.

Choi.

Soobin.

Era realmente muy lindo. Tan, tan lindo.

Su nuevo alumno realmente era adorable.

—Profesor Choi, ¿por aquí podemos subir para las habitaciones?

Soobin de inmediato apartó la vista, tímido y avergonzado, para ir con el rubio.

El mayor quedándose en su lugar algo vacío.

—Ah sí. Eso les iba a decir... —vio como su alumno ahora estaba cohibido, apegándose más al rubio. Y aquello por algún motivo, molestandolo. —Soobin-ssi, ¿qué querías preguntarme?

—L-Lo que K-Kai dijo...

—Está bien. Recuerden que ante cualquier duda, estaré siempre a su disposición. No lo olviden. Ambos.

—Sí, profesor.

—S-Sí, profesor...

—Bien. Ahora al nivel de arriba. Como les dije antes, las habitaciones de abajo son de los maestros, como las de arriba son de los alumnos. Tienen que tener en cuenta que los baños son para ambos. Tanto como para tutores como para estudiantes. Aunque también tienen baños personales en sus habitaciones, deben de saber que...

Soobin quiso seguir escuchando. Pero solo veía sus labios moverse y sus manos moverse al explicar.

¿Por qué su tutor lo hacía ponerse nervioso?

De alguna manera, lo intimidaba... de una forma en que hacía que sus mejillas se calentaran y corazón, acelerara.

Y jamás había sentido algo parecido.

—Ya llegamos, esta es su habitación. —señaló la puerta. —No deben de perder su llave, de lo contrario tarda un mes en que Dirección les dé una nueva. —explicó.—Si tienen hambre o sed, la cafetería está abierta las 24 horas. Aunque no pueden ir tan tarde tampoco. —soltó una risita.

Kai riendo también. Y Soobin solo sonrojando al oírlo. Pero luego sacudió la cabeza para después hacer un mohín.

Mohín que Yeonjun vio, concentrado en sus labios rechonchos. Y suaves, porque se veían como tal.

Hueningkai algo aturdido por la manera en la que entre ambos había algo extraño. Como una especie de tensión. Pero lo ignoró solo por querer entrar de una vez a su habitación nueva.

Y después de segundos, ambos salieron de aquel tipo de trance, para que luego de algunas explicaciones de parte de Yeonjun, Soobin y Hueningkai por fin entraran al cuarto.

—Gracias por el mini tour, profesor. —dio una reverencia leve.

—No es nada, Kamal. No es nada. —sonrió para después querer cerrar la puerta. Antes Soobin deteniendola.

—G-Gracias... profesor. —agradeció cabizbajo.

Una sonrisita pintó sus labios. Quería tanto abrazarlo y decirle que parecía un bebé.

Pero aquellos sentimientos y pensamientos se esfumaron por culpa de sus creencias.

—Choi... no es nada. —sonrió fugaz para cerrar la puerta de inmediato, casi en su cara.

Y el menor algo aturdido, rozando con sus dedos la puerta, suspiró, recordando su sonrisa.

Era tan...

Ignoró aquel pensamiento, para volver hacía su nueva habitación, la cual estaba adornandose de una voz chillona. La de Kai.

Y decidió entonces que comenzaría a desempacar sus cosas.

Luego de minutos, el rubio terminó de desempacar y se sentó en su cama finalmente, con una mueca triste pintada en su rostro.

Se alcanzó una almohada para poder abrazarla.

Y decidió dormir, por lo que de a poco y cerrando los ojos, deseó sólo una cosa.

Salir de ahí.

Ya no soportaba seguir fingiendo.

Quería con toda la fuerza del mundo. Salir de ahí.

Porque después de todo, no era su culpa, que sus padres ahora estén divorciados, y que por ello ambos decidieron llevarlo a aquel lugar. No. Para nada.

Supuso que, tenía que esperar 3 años para poder salir. Pero saldría siendo algo que no quiere.

Algo es algo.

Pensó.

Ya no podía hacer nada.

Y sin darse cuenta de que su compañero de habitación comenzaba a suspirar con los ojos cerrados, por los dulces recuerdos de su nuevo tutor de aula, se quedó dormido.

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora