♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆

XIII

—¡Ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah! —apretaba fuertemente el agarre de su cuello. —H-Hyung, a-ahí... ¡así!... ¡ah! ¡ah! ¡ah!

Sus manos apretaban firmemente sus caderas, al tiempo en que lo penetraba, apegándolo a la puerta del cubículo del baño.

—Soobinnie... acaba, pequeño... sé que puedes.—casi gruñó en el espacio de su cuello.

—¡Ah!... m-más... quiero más, p-profesor... —sus piernas lo enrollaron más, sintiendo el gran tamaño de su tutor, extenderse hasta su próstata, haciéndolo jadear.

Separó su rostro para besarlo.

Soobin era hermoso. Ahora gracias a la luz, podía ver su cuerpo bien formado. Su abdomen plano y pezones rosas a la vista. Completamente desnudo sólo para él.

—¡Mgh! ¡mgh! ¡mgh! —se separó con un hilo de saliva y ladeó su rostro para dar espacio al rostro de Yeonjun, quien comenzó a besarlo. —¡V-Voy a-a c-correrme! ¡ah! ¡ah! ¡ah!

—Hazlo, bebé. Córrete para mí.

Apretó su miembro al oír su nuevo apodo. Por consiguiente se corrió dentro suyo y Soobin al sentirlo también.

Su respiración era irregular. Y estaba sensible abajo, pero eso no le impidió dirigirse a su tutor, y besarlo. Este lo recibió de inmediato.

Sus labios sabían tan bien...

Aún estaba dentro suyo, así que jadeó al sentir penetrarlo de nuevo cuando se removió.

—Yeonjun-hyung... t-te quiero. —lo abrazó aún desnudo.

—También te quiero, Soobinnie. —acarició su esbelta espalda para luego besar su hombro. Dejando un rastro de besos en su cuello, sintiendo lo tenso que Soobin se ponía.

Ambos ya querían decir "Te amo". Pero sentían que no estaban listos.

Ya que todo pasaba muy rápido.

—Ya vamos a clase, ¿sí?...

—No quiero. —lo dijo con un tono berrinchudo.—D-Digo...

—Estamos demorando mucho y eso sería sospechoso, bebé.—soltó una risita al ver su puchero.

Se puso nervioso por el apodo.

—¿Be... bé?...

—A-Ah... es porque realmente te ves como un bebé, Soobinnie.—le dijo, mirándolo a los ojos con ternura.

—¿Y-Yo?—hizo un mohín, con las mejillas rojitas.

—Sí, Soobinnie.—unió sus labios de nuevo. Nunca se cansaría de sentirlos.

—Mgh.—rodeó su cuello, ladeando su rostro para sentir más profundidad.

Sonó el timbre del receso.

—Ah... ¿cómo pasó tan rápido el tiempo?

—Perdón por traerlo aquí... solo q-quería hacerlo una vez más...

Mintió. Solo quería confirmar que todo era real y no un sueño.

Y no lo era.

—Está bien, Soobinnie. Igual, necesitaba de un descanso...

—A-Ah... también quería preguntarle si... podíamos... a-almorzar... juntos... en el... receso... pero solo si usted... quiere. —musitó, con los labios abultados.

Se veía tan lindo tratando de pedirle aquello...

Besó sus belfos. Pensaba que era irreal el hecho de poder besar a su lindo alumno cada vez que quería y que este lo recibiera más que gustoso. Y agregando que este estuviese enamorado de él. Era todo tan perfecto...