♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆

LXXIV

Nueve minutos antes del ruido.

—¡E-Espera, Y-Yeonjun-hyung! ¡a-ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah! —los golpes resonaban con fuerza, al mayor ya no importándole si eran oídos.

En esos momentos estaba cegado por el placer que su alumno le daba, apretando su glande con su cavidad apretada, piernas temblando, muslos blanquecinos con marcas y trasero levantado, entregado por completo al mayor.

Y Soobin gimoteaba, con los labios entreabiertos, sosteniéndose del retrete como si su vida dependiera de ello, ya que estaba por caer, de no ser porque su hyung sostenía su brazo llevándolo hacia atrás.

—J-Junnie, oh, oh, v-voy a-a... ah, sí... ¡v-voy a...! —Yeonjun tomó su mentón para voltear su cabeza, así uniendo sus labios. Callando sus advertencias de llegar al orgasmo.

Gimió en alto, sus labios vibrando contra los del pelinegro mayor.

Y fue entonces que sus piernas temblaron, no porque estaba sensible por estar siendo penetrado con brusquedad y con un movimiento constante, sino porque sintió el retrete trepidar.

¡Dato!: ¿Sabían que aquel cubículo de baño -el último- era el "favorito" de ambos protagonistas?... ¿no? ¿no lo sabían?, pues ahora que saben esto, la explicación de a continuación tendrá sentido.

No era la primera vez que Soobin se subía al retrete para tener sexo con Yeonjun.

El pobre excusado tenía que soportar el movimiento que ambos ejercían al tener relaciones, es decir cuando se presentaban embestidas.

Y quería vengarse, decidiendo romperse.

Yeonjun eyacula dentro del de ojos forma almendras justo a tiempo, y en un rápido movimiento sale de él porque su novio se lo pide con apuro. Soobin agitado y sensible por el reciente clímax, al darse cuenta de lo que sucederá, se baja del retrete con rapidez, su tutor siguiéndole el paso a pesar de que no sabía el porqué de su acción.

—Soob-

Un sonido de succión fuerte más el estruendoso ruido que aquel chorro enorme de agua hace al salir, de a montones de debajo del váter, interrumpe al mayor.

Y Yeonjun mira la escena, aturdido. Cuando iba a hablar, Soobin lo hace antes.

—Hyung, hyung, tenemos que salir de a-aquí.—se colocó los pantalones sin importarle tener semen chorreando en sus muslos. Sus mejillas estaban más que rojas.

Yeonjun de inmediato también imitó su acción.

Y de la nada, otro chorro apareció mojando los pantalones y un poco de la camisa del menor.

—¡A-Ah! —jadeó.

—¿Soo, estás bien?—preguntó preocupado,  mientras veía sus prendas ahora mojadas  Se acercó a su hyung asustado, y lo abrazó, asintiendo. Choi acariciando sus hombros.

—V-Vámonos ya...

¿Cómo saldrían de aquel cubículo sin ser sospechosos?

Ahora eran un desastre. Con los cabellos desordenados, labios hinchados y ropa desaliñada.

—Ahora. Antes de que sea más sospe...

Y otro chorro de agua salió, mojando esta vez al mayor.

Gruñó al sentir aquello, y tomando del hombro a Soobin, tomó el pestillo de la puerta del cubículo y la abrió para salir junto a él con rapidez.

Para su gran suerte, luego de salir, el alumnado recién se asomaba para ver el lugar de donde provino aquel sonido, es decir que no vio al par salir juntos de un mismo baño.