XXVI

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—A-Ah, Junnie... —sentía los labios de Yeonjun sobre su cuello, succionando y besando. —E-Entra en mi ya...

Había extrañado la sensación de ser tocado por su novio. Tanto. Unos 3 largos y extensos días sin sentirlo.

Sin sentir su miembro cerca de su entrada. Como ahora.

Y entró lentamente.

—¡A-Ah! ah, ah... —su pene se deslizaba en su interior, su cavidad lo apretaba. Yeonjun comenzando a jadear suavemente.

Sus manos acariciaban su delgada cintura y pezones erectos. Al tiempo en que veía su miembro desaparecer en su estrecha entrada. Sus piernas comenzado a temblar por la sensación estimulante.

Soobin siempre lo acogía bien. Caliente y apretado cada vez que entraba en él.

Otra estocada en su punto, y otro gemido agudo.

—¡M-Más, hyung!... mgh, mgh, mgh...

Aumentó la velocidad, volviéndose sensible por el movimiento.

El ambiente volviéndose sofocante y caliente. La habitación oliendo a sexo por completo.

Lo abrazó por el cuello, más que jadeante y suplicante.

Quería más. Más. Y su hyung lo hacía. Su hyung lo complacía. Era consentido por él.

Disminuyó la velocidad sólo para poder besarlo. Y comenzó a lagrimear por la estimulación excesiva. Se separó agitado con un gran hilo de saliva, para tomarlo de las caderas y embestir rápido y certeramente.

—¡Ah! ¡Yeonjunnie! ¡j-justo ahí! ¡sí! ¡sí! ¡ah! ¡ah! ¡ah! ¡ah!

Para darse más placer, tomó su miembro y comenzó a masturbarse, Yeonjun sintiendo como su interior se contraía por eso y jadeando más al sentir la estimulación.

Se oía con claridad el sonido del impacto que ejercían sus pieles.

Y a unas cuantas embestidas obtuvo el orgasmo dentro suyo recibiendo un fuerte gemido, recostándose sobre su pecho, aún en su interior y con la respiración irregular, Soobin igual, con la diferencia de que sus uñas clavaban casi fuertemente la espalda contraria.

Salió de él con cuidado y se recostó a su lado.

Luego de dos minutos de ambos haberse recuperado, Yeonjun lo llamó.

—Ven aquí, bebé.

Y obedeciendo se fue a abrazarlo con un sonidito de felicidad.

Ambos desnudos, abrazándose fuertemente y contentos por sentir otra vez al otro.

—Soobinnie, te amo.

—Yo también te amo, Junnie.

Y le dio besitos fugaces en la boca, para después apresar sus labios suavemente a los contrarios.

A algunos minutos, quedaron profundamente dormidos, abrazados fuertemente como si alguien fuera a separarlos.

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♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora