XXXVIII

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¡Deja de contestarme! —una abofeteada fue suficiente, como para dejar al pelinegro, callado.

—Lo van a lamentar. Lo juro. —musitó, con la voz temblorosa y lágrimas bajando por sus mejillas. Su padre, no pudiendo oírlo.

—¡Ahora entra al bendito auto! —lo empujó haciendo que este entre a la fuerza al vehículo.

Taehyun viéndolo desde la puerta de su casa. Apretando los puños al no poder hacer nada por él.

Aquel día, Beomgyu y Taehyun iban a ir al Internado.

Sus familias eran muy amigas, y los dos primogénitos eran muy buenos amigos. Hasta que los sentimientos de amor, de uno por el otro, comenzaron a florecer sin darse cuenta.

Beomgyu tenía a unos padres estrictamente religiosos. Era obvio que no se esperaban, que su hijo menor negara querer ir a un Internado dedicado a Dios.

"—Quiero estudiar Economía. Por favor, déjenme hacerlo."

Para sus padres aquello era totalmente inaceptable.

"—No. Tu vida debe ser dedicada a Dios. Nosotros no pudimos, pero tú tienes que hacerlo. No te vuelvas como tu hermano."

Su hermano se había escapado del país con su novia. Y con los ahorros de su trabajo de medio tiempo, se encontraba estudiando lo que quería.

Beomgyu estaba pensando en hacer eso, muy seriamente.

No soportaba más aquella pesadilla.

Todos los días oyendo de Dios, y lo grandioso que era. A medida de que su familia lo alababa, Beomgyu parecía creer menos en aquel.

Por otro lado, Taehyun estaba en una situación idéntica. A diferencia de que su hermana mayor, tenía un trabajo estable.

No podía hacer nada para cambiar las cosas. Lo único bueno era que, estaría junto a Beomgyu, durante 3 años seguidos. Y para él, igual.

Pareció que el universo los amaba. Porque para fortuna de ambos, compartirían habitación en aquel lugar.

Durante el tiempo en que llevaban clases, una de esas noches de pesadillas por estar en un lugar que no querían. Taehyun confesó su amor.

Y nunca se esperó el ser correspondido por su amigo. Pero lo fue. Con un beso, jurándose amor eterno decidieron que, pasara lo que pasara, estarían juntos a pesar de todo.

Fue poco el tiempo en que Beomgyu le propuso algo.

—Salgamos de aquí.

—¿Cómo?... es imposible, Beom. La única manera es graduándonos.

—No creo que sólo haya una manera. ¿Y si lo logramos? —dijo con una sonrisa esperanzadora.

—Ni siquiera tenemos un plan...

—Entonces... reclutemos personas. —propuso.

—¿Quién más podría ser ateo en un lugar como éste?, hay puros idiotas religiosos.

—¿Y si los hay?

—Eres demasiado optimista. —acarició su cabeza para negar.

—Y tú pesimista... —hizo un puchero. Puchero que Taehyun besó.

Tal vez Beomgyu tuvo razón. Porque un día, un pelinegro algo intimidante apareció.

—Hola, soy Hyunjin. —sacó un libro. —Me parece que esto es tuyo. —se lo extendió.

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora