LVII

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—Wow, ¿es normal que aún sigan durmiendo?...

—Déjalos. Tuvieron una larga noche, vamos, Huening.

—Bueno...

Miró con un puchero a su amigo pelinegro. Después de todo no lo había acompañado en su habitación toda la noche.

Y extrañó contarle sobre los peluches que tenía en su casa, cada que era hora de dormir.

Era así, ahora que ya estaban reconciliados.

Pero tenia que comprender que tenia novio. Y que no siempre estaría con él.

Es por ello que cerrando la puerta, se fue junto a Jeongin.

Minutos después, alguien ingresó en completo silencio al salón.

Y vio al par durmiendo.

Suspiró nervioso. No sabía a quien despertar primero.

Carraspeó la garganta.

—Ehm... despierten, por favor...

Se oía un completo silencio.

Solo los suspiros que soltaban ambos, al estar durmiendo.

Decidió acercarse a su compañero de clases para despertarlo.

—Soobin... ¿Soobin? —movió su hombro suavemente para despertarlo. Cosa que no logró al instante.

Mas si luego de insistir más.

Y aturdido, se levantó asustado.

—¿Q-Qué pasó? ¿dónde están todos?... ¿Yeonjunnie? —volteó a todos lados, cayendo en cuenta de que un compañero suyo, estaba frente a él.

Y se cubrió la boca al haber dicho el último apodo cariñoso.

—¿Q-Quién eres?

—Oh... bueno...

"Estoy seguro de que son pareja, no cabe duda."

—¿De verdad no sabes mi nombre?

—No...

—Bueno... supongo que tengo que presentarme. Soy Minho.

—Hola... ¿Minho?

—Hm.—asintió—Y eres Soobin. Lo sé desde que viniste.

—Ya veo... —volteó a ver en el escritorio. Y efectivamente, su maestro se encontraba ahí. Durmiendo plácidamente, y aquello le hizo sonreír inconscientemente.

Minho notó aquello por lo que también volteó la mirada. Y Soobin al haberse dado cuenta, intentó disimular inútilmente.

—B-Bueno... ¿por qué estás aquí?

—Sobre eso. —suspiró. Y comenzó a jugar con sus dedos, delatando sus nervios.—Necesito su ayuda.

—¿... Su ayuda? —repitió. Y achicó los ojos en señal de incomprensión.

—Sí... bueno, suena raro pero... realmente hago esto porque no sé que más hacer... y estoy desesperado. E incluso sólo sé tu nombre ya que nunca hemos hablado, je.

Aquel chico realmente se veía algo nervioso. Por lo que sonrió levemente.

—¿En qué puedo ayudarte?...

—Eh... sí... como el profesor y tú son pareja... pensé que podían ayudarme a-a...

Su sonrisa desapareció en segundos.

—E-Espera... ¿q-qué?

—Sí... bueno. Como decía...

—¡No!... no sé de que e-estás hablando... realmente... es algo que n-no deberías de decir porque... porque no somos pareja. No sé de donde sacaste algo así, pero... Yeon-... d-digo... el profesor... y yo n-no...

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora