X

459 49 5
                                    

—¿Adónde vas, Soo?

—A-A ningún lado. —respondió rápido.

—¿Seguro?... es decir... te duchaste, te pusiste la ropa más bonita que tienes y ahora...

—¿No puedo asearme?

—Cada vez que te duchas te pones un pijama. Ahora no...

—Solo quería ver qué tenía en el clóset...

—Mgh... bueno. —alzó los hombros para continuar leyendo.

Arregló sus cabellos mejor y asintió. Estaba a punto de abrir la puerta para salir, cuando...

—Suerte.

—¿Suerte en q-qué?

—Nada. Solo suerte. —le sonrió.

Negó con una media sonrisa.

—Gracias.

Y se fue.

De camino al salón, vio como dos chicos corrían por el pasillo. Frunció el ceño al ver que uno de ellos era el que empujó a su tutor. Negó y luego se fue a largos pasos al salón.

Cuando estuvo a punto de abrir la puerta, los nervios le invadieron y sus manos comenzaron a temblar. ¿Y si le decía que ya no era parte del Comité?... ¿y si ya no estaría en el mismo salón?

Exhaló hondo y abrió la puerta, encontrándose con la imagen de su maestro sentado, revisando algunas hojas.

Ahora su estómago dolía por los nervios. Como la sensación de hacer un examen importante.

—Ah, Soobin-ssi, adelante. —se quitó las gafas para sonreírle.

—Gracias...

Luego se sentó frente a este.

—¿Sobre qué
—¿No enten-

Hablaron a la vez.

Se avergonzaron por ello, así que Soobin decidió escucharlo.

—¿No entendiste la clase "Jesús y su punto de vista", verdad?—contó a la vez en que sacaba algunas hojas extras.

¿Cómo sabía su tutor que ese tema era el que menos sabía?

¿Era por eso que lo había citado?, ¿una clase extra?

Estaba un poco decepcionado por algún motivo.

—La v-verdad sí, ¿cómo lo sa-

—Entonces comenzaremos a repasar ese tema, ¿te parece?, no quiero que salgas desaprobado por culpa de ese tema, pequeño. —le sonrió para después extenderle las hojas. —Además de que mañana ya comienzan los exámenes...

—Gracias... —tomó las hojas con delicadeza.

Le parecía lindo el hecho de que su profesor se preocupara por él.

Las luces comenzaron a encenderse debido a que se hacía de noche.

—Ah por cierto. La carta que-

De repente las luces se apagaron de golpe, haciendo que solo el sol que se ocultaba iluminara el lugar.

Cerró los ojos con fuerza y sintió la mano de su tutor tocar la suya. Dio un salto sobre su lugar por la sorpresa, avergonzándose de inmediato.

—Está bien, Soobin-ssi... de seguro regresa la luz, así que no te asustes, ¿sí?

—S-Sí...

—Hum... debido a esto, no creo poder enseñarte muy bien...

—E-Está bien... puede contarme sobre el tema...

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora