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-¡A-Ah! -tomó sus hombros tratando de separarlo.-N-No... no ahí... -comenzó a succionar y besar con hambre. Provocando suspiros suaves por parte de su novio.

Soobin retorciendose sobre las sabanas, piernas estirandose y arrugando las mantas.

Se sentía tan bien al sentir sus labios tibios besuquear su cuello, chupando y dejando marcas moradas a su paso.

No entendía porqué, pero ni bien entró a la habitación para pasar el resto de la noche con su maestro, este lo besó.

Pudo decir que era lo normal. Puesto que guardaban distancia durante el día de clases, y cuando se veían actuaban con libertad, besos y abrazos eran ejemplo.

Pero este beso fue... ¿agresivo?

Como si quisiera sacarle los labios. Sin embargo, debía de admitir que de esa manera no le desagradaba del todo.

Pero a lo que se decía. Soobin pareció sentir que Yeonjun estaba enojado.

Y sí lo estaba.

Es por ello que no quería complacerlo del todo esta vez.

En esta oportunidad sería malo. Lo castigaria por actuar con falta de vergüenza.

Haría saber a cualquier persona que lo viera, que era suyo. Por más tóxico que sonara. Y por más arriesgado que sea. Ya que no podía permitirse aquello con tanta facilidad. Succionando con fuerza, mordiendo con frenesí. Dejando marcas notables. Marcas que con maquillaje no podría pasarse por desapercibido.

Antes le hacía chupetones leves, porque sabía que sería notable, pero ahora los hacia fuertes, a propósito.

Soobin tan solo pudiendo gemir. Mientras dedujo algo a base de lo que Hueningkai le dijo.

-¿E-Estás... celoso de... H-Huening?... -dijo entre suspiros.

Llevó sus manos hasta su trasero, donde apretó con fuerza al oir el apodo. El pelinegro jadeando.

-Sí. Lo estoy, Soobin. -dijo con voz grave en su oreja, para luego morder su lóbulo. Provocando que aquel se retorciera más.

Entonces lo estaba.

-E-Esto es injusto...

Recordó cuando aquel pelinegro llamado Sunoo estuvo encerrado en el salón junto a su maestro aquel día en receso. Y cuando los vio en la puerta, vio perfectamente como Yeonjun se sonrojaba y luego huía corriendo.

Eso le provocó tantos celos que hasta ahora no se olvidaría de ello. No hasta que tenga alguna explicación válida.

No le había reclamado a Yeonjun por ello al estar peleados, y aún no lo hacia. Y eso le parecía injusto.

-... y te fuiste corriendo. E-Eso es más... injusto.

-Soobin-ah, aquel día Sunoo señaló mis chupetones. ¿Ahora estás feliz?

Le emocionaba saber que aquello le había provocado celos a su pequeño Soobin. Pero no lo admitiría. No ahora.

Por otro lado, para el menor todo tenía sentido.

Y se sintió más tranquilo.

Pero aún Yeonjun no había acabado.

Se separó de él, recostándose a su lado, mirando al techo.

Soobin estaba agitado. ¿Qué había pasado?

Aún quería sentir sus caricias. Quería sentir sus labios besar los suyos. Quería que Yeonjun se lo follara ya. ¿Por qué no pasaba nada de eso?

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora