♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆

XXVIII

—Sobre la cámara... ¿cómo se supone que los grabe si no tengo una?—susurró.

—Bueno... eso déjamelo a mi. Te avisaré cuando la tenga y te la daré.

—Ok, gracias...

—Ahora ya no me hables, por favor. Estoy de la mierda.

Este asintió, suspirando.

Después de todo había pasado una semana desde que el par estaba "peleado" y todos los días se trataban como si fueran lo que más odiaban en el mundo.

Irónico.

Tal vez eso a Beomgyu lo tenía estresado. Y no sólo a él, sino también al grupo.

Puesto que el boleto se estaba demorando más de lo que hubiera anticipado.

Sonó el timbre de receso y notó perfectamente como Soobin era arrastrado por Niki, quien sonreía feliz, para intentar llevarlo fuera. Yeonjun ni siquiera volteando a verlo.

Era obvio que aquella confesión de que las cartas no eran reales, les afectó mucho. Eso pensaba Beomgyu.

Y se fue también del salón con un bufido, sin darse cuenta de que el par se sonrió en disimulo.

—Beomgyu... sé que tal vez todo esto está más complicado. Pero no quiero que te estreses por ellos. Sabes que en cualquier momento pueden volver a estar bien... —Taehyun se acercó a él para decirle.

—Aún así... no me estresa que no vuelvan a estar bien, más es el hecho de que en cualquier momento los miembros se den cuenta de que es culpa mía, y ya no confiarán en mi. Ellos piensan que discutieron por algo trivial y que tenemos mala suerte por eso, Tae...

Taehyun era el único que sabía la verdad detrás de su discusión. A parte de Kai, quien obviamente fue quien se los dijo.

—Estoy seguro de que lo hacen y harán. Eres un buen líder, Gyu.—le sonrió sin mostrar los dientes. Aquel también sonriendo levemente.

—Eso espero... tal vez fue mala idea el decirles la verdad...

—En cualquier momento lo sabrían... y ya vemos cual es su reacción. Además de que igual teníamos que apresurar las cosas, ¿no lo crees?

Apretó los labios y asintió con razón.

—Creo que sí, je.

Tomó su mano y entrelazó sus dedos.

—Ya no te estreses por eso, osito.

—Gracias, Tyun.

—No hay de qué.

Y hubieran unido sus labios, de no ser porque estaban en el patio. Y porque un pelinegro de hoyuelos se acercó a ellos.

—Oh, Beomgyu, Tae, perdón por interrumpirlos. Pero de verdad necesito hablar contigo.—señaló a Beomgyu.

—Está bien, igual también quería hablar contigo...

Taehyun asintiendo, soltó el agarre de su mano para darle una última sonrisa y ver como su novio desaparecía con aquel pelinegro.

—¿Pasa algo? —consultó el líder.

—Claro que pasa algo. —suspiró.—El señor Park me contó que Soobin rechazó la oferta de ser el asistente de Kim.

Este formó una mueca. Eso era algo bueno.

—Puedo decirle fácilmente que también se porta desafiante con Choi, y bajaría considerablemente su reputación. Pero necesito tu permiso.