Desde que comenzó a estudiar para ser lo que quería desde niño todo cambió.
"Cada día como carne, aún fingiendo querer ser vegetariano.", aquella frase ahora describía su vida desde que lo conoció.
¡Advertencia:
🕊; Contenido en contra de la exist...
—¡Hola! —Beomgyu sonrió en grande para que arrastrando a Taehyun, comenzara a seguir a la pareja, quienes de inmediato se separaron bruscamente.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Soobin algo molesto.
—¿Estos son los dormitorios? —mencionó sarcástico.
Lo ignoró para luego tomar la mano de su tutor y apresurar el paso.
—Hey... ¿ni siquiera saludas?—hizo un puchero, Beomgyu.
—No.
—Que mal. Justo cuando quería compartirles algo de información...
—No nos interesa tu información.
—Me parece que sí. Y mucho. —agregó Taehyun. —Tiene que ver con el cambio de horarios.
Dejó de caminar para voltear a verlos con incredulidad.
—¿Son un tipo de mafia o qué? ¿cómo es que saben eso?, y si fuera verdad, ¿por qué creerles?
Yeonjun jaló levemente de su mano, para hacerle una señal. Y Soobin haciendo un mohín, asintió para luego acelerar el paso. Haciendo que Beomgyu y Taehyun pierdan de vista al par.
—Mierda.
—Sólo diles cuando estén en el salón, Gyu. Esto puede servir de oportunidad para que sientan confianza.
—Ganar su confianza es mucho más difícil de lo que creí, Tae.
—Pero no imposible. Sabes... incluso tengo algo que... —rebuscó en su maletín. Y le mostró dos boletos.
—¿Qué es eso?... —los tomó para leerlos. —¿Acaso...?
—Sí. Son entradas para una fiesta clandestina.
—¿Y para qué...?... ohh. —asintió comprendiendo.—Esto es perfecto, Tae. Si les damos éstas, podemos ganarnos más de su confianza.—movió sus hombros.
—Así es. —le sonrió.
—Espera, ¿dónde las conseguiste?
—La última vez que salimos, las encontré en una mesa de comida rápida. Pensé que los dos podríamos ir, pero por el tiempo y restricciones es imposible... Lo medité y, ellos tal vez puedan, ya que Choi es un profesor.
—Aww, eres tan lindo. —lo abrazó con una sonrisa en los labios.
—Hey, no lo soy...
—Lo eres.
—No.—negó con las mejillas sonrojadas.
Recibió una palmada en el hombro.
—Hola, ya es hora de reaccionar, tontos, vamos. —Jay pasó por ahí junto a Jungwoon quien les saludó con una reverencia.
Casi olvidaban que estaban en el pasillo de las habitaciones.
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