XXVII

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—... de todas maneras, eres un tonto.

—¿Ya no un idiota? —soltó una risita.

—También.

—¿Pero por qué?... ya te dije que si no querías, no...

—No es eso. —negó con un mohín.—El problema es Sunoo. —lo último lo dijo en un susurro.

Tal vez, aunque sabía que era el único que Yeonjun amaba, no podía evitar sentirse un poco celoso por aquel pelinegro.

—Soobinnie, no te escuché...

—No. Nada.—se giró para darle la espalda. Y taparse el rostro, avergonzado.

Sintió el pecho de su novio en su espalda y dió un brinco por la sorpresa, oyendo la risa de éste por su reacción.

—Eres tan lindo... —besó su nuca y lo abrazó por la cintura. Soobin tensándose por el halago y tacto.

—Yeonjun...

—¿Mgh?—le dio otro besito en la nuca y esta vez dirigió sus manos a su abdomen.

—¿A quién prefieres entre Sunoo y yo? —dijo de manera rápida para que Yeonjun no lo escuchara, en un puchero, sus mejillas rojas por la vergüenza.

Pero sí logró oírlo.

—Binnie, ¿por qué me preguntas eso? —extrañado, comenzó a hacer figuras imaginarias en su piel.

—Porque tú... porque tú ayer le sonreías tanto que... que y-yo... —comenzó a jugar con sus dedos y luego frunció el ceño. —yo también me di cuenta que la pregunta 18 estaba más difícil... cualquiera se daría cuenta... Sunoo no es tan especial, ¿sabes?

Este comenzó a reír.

—No te conté ningún chiste, Yeonjun-hyung.—dijo en un tono falso enojado.

—Soo... —lo llamó sonriendo. —¿estás celoso?

Aunque era obvio que sí cuando quiso irse del salón con tan solo presenciar la escena en vivo.

Se volteó para verlo, quedando cara a cara.

—Mentiría si dijera que no.—confesó en un mohín, mejillas rojas por haberlo dicho.

—Pero no tienes porqué, Soo, sabes que te prefiero a ti mil veces. —acarició su nariz con la suya. Ambos cerrando los ojos.

Estaba tan feliz de oír eso. Su corazón palpitando con fuerza, como la primera vez que escuchó a Yeonjun decirle que estaba enamorado de él.

—A-Aún así... me molesta. Ya no le sonrías, hyung tonto.

Soltó otra risita, para besar la comisura de sus labios. El menor formando una mueca de insatisfacción.

Pero a la vez quería jugar con él.

Por lo que lo tomó de las mejillas y cuando el mayor quiso besarlo, lo apartó débilmente.

—No.

—¿Por qué? —abultó sus labios para intentar besarlo otra vez, pero aquel lo sostuvo evitándolo.

—Te dejo besarme si me dices que ya no le sonreirás.

—¿Si no lo hago no me vería como un profesor aburrido y enojón?

—Nop. —negó fugazmente.

Suspiró para luego decirle.

—Está bien. —y este le dio una sonrisa de hoyuelos contenta.

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora