XXXIX

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—Yeonjun-hyung...

—¿S-Sí? —suspiró agotado.

—Creo que... no hay ninguna cámara...

Se pasaron una hora buscando algún aparato entre la habitación del mayor. Sólo porque estaban a punto de tener relaciones, y no querían tener otro vídeo con la disposición de que el grupo lo tome como una amenaza.

—Lo noté...

Apretando los labios, se dirigió a su maestro. Donde lo tomó de los hombros.

—Junnie, creo que deberíamos de dejarlo para otro día.

Le dio un besito corto en los labios para sonreírle y asentir.

—Está bien, Soo.

—Aunque ahora que lo pienso... si nos están grabando en este momento, igual puede usarse como una amenaza...

—Tienes razón. —soltó una risa. —Supongo que no hay nada más que hacer... —Soobin se acercó a él para abrazarlo con una sonrisa en los labios.

—Sí...Y ahora que ya no tenemos que ocultarlo tanto, me siento un poco más libre. —Yeonjun comenzó a acariciar su cabeza.

—Yo igual, Binnie. —este se acurrucó más.

—Mgh, ¿podemos dormir, hyung? —le preguntó viéndolo a los ojos.

Por respuesta recibió un beso en la frente que lo hizo sonrojar. Y sintió la cálida mano de su profesor, tomar la suya.

—Bien...

Y lo guió hasta su cama. Donde se abrazaron fuertemente y Soobin se acurrucó en su pecho, aspirando de su varonil olor y embriagándolo como siempre.
Yeonjun acariciando su cintura, y al haberse separado un poco, aprovechó para meter su cabeza en el espacio de su cuello.

Recibiendo mimos por parte de Soobin en la cabeza, al tiempo en que recibía de su medicina diaria. El olor a café con leche que extrañamente su pequeño emanaba. Y que lo había vuelto adicto a él, desde antes de ser pareja, cuando lo abrazó por un acto de celos.

Escuchó un gemido bajito, su Soobin era sensitivo por pequeñas cosas. Como por ejemplo, el sólo recibir un besito en el cuello.

Se separó, para unir sus labios otra vez.

Sintió su tibias manos sostener sus mejillas tímidamente, y es por ello que sintiendo el contacto, tomó con las propias las suyas, y entrelazó sus dedos.

—Soobinnie.

—¿Mgh? —lo miró con curiosidad. Mejillas levemente rojitas por sentir su pulgar acariciar su mano.

—Eres mi amor.

Este se avergonzó por la confesión, y cabizbajo hizo un mohín.

—¿Por qué te avergüenzas, bebé? —soltó una risita a la vez queriendo ver su hermoso rostro.

—Y-Yo...

—Soo, mírame.

Levantó la vista con nervios. Sus labios abultados.

Tirando suavemente de su agarre con su mano, logró atrapar sus belfos de nuevo.

Se separó, y Soobin tenía que verlo sí o sí.

—Te amo, mi amor.

Este sólo lo vio como un cachorrito mojado, viéndolo a los ojos y negando. Mejillas más ruborizadas que antes por el nuevo apodo.

—Yeonjun-hyung...

Soltó su mano suavemente, para tomarlo de la mejilla y acercarse a su rostro.

—Te amo también... Mucho. —dijo entre sus labios, para recibirlos de nuevo. Con una sonrisa del mayor de por medio.

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora