♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆

XXXII

—¿Qué?

—Exactamente... yo también no sabía si escuchaba lo que escuchaba, pero... créeme, todo este tiempo han estado fingiendo, Beomgyu. Y me parece que te sientes un tonto por no haberlo notado, pero no te preocupes, porque yo me siento como un idiota.

Este se masajeó la sien, desconcertado.

Aunque ahora que lo pensaba, tenía sentido.

—Mierda. Jugaron con nosotros muy bien. Pero ya es hora de bajarles la defensa, ¿no crees?

—¿Defensa...?

—Es un decir, maldición. Ahora que sabemos esto, por más que traten de verse enojados no servirá de nada. —sonrió de lado para luego chasquear la lengua. —Lleva la cámara a todos lados, la tienes en tu habitación. Asegúrate de grabarlos.

—Bien.

Justo después de afirmar su encargo, Soobin vino corriendo y algo cojeante a sentarse, apresurado. A su paso, Niki quien trataba de alcanzarlo, y detrás de él, Sunoo. Quien no sabía aún de la noticia.

—Soobin, ¿por qué no me esperaste?—formó un mohín.

—Perdón... yo en serio... —formó una mueca de dolor. Y acarició su espalda baja, levemente.

—Oh, ¿te caíste?... creo que vi en la enfermería cremas para...

—No. No es necesario, gracias...

Sunoo los vio de reojo. Por algún motivo algo no le cuadraba.

—Sunoo-ah, ven. —Beomgyu lo llamó.

Luego de algunos minutos el profesor de aula vino relajado. Con sorpresivamente, Sunghoon ayudándolo a llevar los libros que tenía.

—¿Ese no era el idiota callado del fondo?—musitó Jay.

—Alguien recién quiere ser normal a mitad de año. —mencionó Jeongin.

Yeonjun se colocó bien las gafas para luego relamerse los labios.

—Chicos, como Sunghoon me ha pedido, lo cambiaré de sitio por una persona que está adelante. Ya que todo el tiempo ha estado al fondo. Así que si alguien se ofrece, levante la mano. De caso contrario elegiré a cualquiera.

Todos comenzaron a murmurar.

El pelinegro parado al lado de Choi, nervioso a más no poder y cabizbajo. Tenía miedo de lo que dirían o harían sus compañeros.

—Espero 5 minutos. —se fijó en su reloj de mano, para luego ver a los alumnos del frente.

Entre ellos estaban Jake, Han, Seungmin y Seonghwa. Y se vieron, como si estuvieran diciendo: "¿Quién de ustedes va a cederle el asiento?"

—2 minutos.

Y en eso, Han levantó la mano.

—Yo, profesor...

—¡No! —un chico de cabellera negra se levantó de su asiento espantado.

Yeonjun lo vio extrañado, así como todos sus compañeros.

—P-Perdón.

—¿Pasa algo, Minho?

—N-No, de verdad perdón.—dio reverencias.

—No te preocupes... bueno, gracias por ofrecerte, Han. Sunghoon, puedes ir.

—Gracias, profesor... gracias. —dijo casi en susurro, nervioso y dando repetidas reverencias. Mientras que Han guardaba sus cosas en su maletín.