Aquel Internado tal vez sí era una mierda como aquel grupo clandestino ateo, lo describía.
El porqué tenían en su propiedad cajas de condones y botellitas de lubricantes con facilidad, era porque aquel lugar era injusto y corrupto.
Las revisiones de habitaciones para alumnos, eran cada 2 semanas. Para profesores, cada 3 meses, es decir solo 4 veces al año.
Injusto. ¿No?
La revisión de cada vez que salían y entraban del Internado, para los alumnos era obligatoria. Para los profesores era nula.
La revisión de habitaciones, es decir verificaciones de que si la persona se encontraba en su cuarto, para los alumnos eran todas las noches. Exactamente, 10 minutos luego del timbre de toque de queda. Para los profesores, la inspección era nula.
Sin embargo, todo aquello era muy conveniente para el par.
Luego de los 10 minutos del toque de queda, Soobin se quedaba en su habitación. Esperando a la inspección de siempre.
Una vez era verificado, esperaba que su amigo rubio, quedara dormido profundamente. Cosa que siempre hacía, dado que una vez que Kai cerraba los ojos, no los abría hasta el día siguiente.
Se iba con sigilo de la habitación. Llevando una chaqueta con capucha que cubría su rostro.
Y directamente y con cuidado, se iba directo al cuarto de su maestro.
Durante el tiempo en que fingían estar peleados, habían estado viéndose únicamente en el toque de queda.
Suavemente un toc, toc, toc, resonó en la puerta del mayor.
Soobin sonrió cuando por incontable vez, Yeonjun le abría la puerta.
Y cuando comprobaba que era su lindo bebé, lo tomaba del brazo con delicadeza, llevándolo dentro y estampando sus labios con los de él. Para cerrar la puerta detrás suyo.
Sintió sus manos quitando su chaqueta y sus brazos rodearle la cintura.
Escuchó de los labios de Yeonjun, un "te amo" y un "te extrañé". Soobin respondiendole con que también. Que lo amaba y extrañaba.
Después de todo, un día entero sin poder al menos darse una sonrisa, era agotador para ambos.
Era demasiado actuar como si estuvieran enojados el uno con el otro, cuando cada día querían decirse lo cuanto que se amaban con locura.
Sin embargo, aquello los salvaba de Kai, quien los chantajeaba. Y no tenían de otra que, seguir el show.
Por otro lado.
No podían evitar terminar siendo uno, al final del día.
Es por eso que ahora Soobin saltaba con desesperación sobre la erección de Yeonjun. Con sudor sobre la sien, ojos lagrimosos viendo fijamente a los de su novio, quien lo masturbaba duramente. Mejillas rojitas y lengua casi afuera.
Yeonjun amaba ver tanto como Soobin se ponía así por él. Tanto.
Paseó sus manos por su abdomen y pezones. Viendo más arriba, las marcas moradas y rojas que en su cuello yacían, muestras de que Soobin era suyo.
Así como mordidas y chupetones en la clavícula de Yeonjun, muestra de que era de Soobin.
Sus caderas subieron, parte de su miembro mostrándose, para bajar y de nuevo atrapar todo el largo y ancho de este. Se mordía el labio a medida que sentía la punta tocar su sensible próstata.
El mayor amando la sensación húmeda y caliente de siempre.
Cada vez que tenía sexo con Soobin, era mágico. Porque nada más que no sea su menor alumno, importaba. Todas sus preocupaciones, estrés y cualquier cosa negativa se iban.
Sólo para sentir el interior estrecho de su pequeño, sus dulces gemidos y jadeos, como lo llamaba suplicante por su nombre cada vez que estaba sensible. Cuando gemia desesperado cada vez que llegaba al clímax. Todo aquello lo tenía mal.
Como ahora, cuando ambos acabaron al mismo tiempo. Y obtuvieron el orgasmo.
Es por eso que cuando Soobin cayó sobre su pecho con la respiración irregular y diciéndole que lo amaba, Yeonjun decidió que, no había marcha atrás.
Que estaba seguro de una sola cosa. De amar a Soobin. Tanto. Mucho. Demasiado.
Nunca antes había sentido algo así. Por nadie.
Ni por una mujer.
Sólo ahora, con su lindo Soobin. Y tal vez lo sabía, pero el pelinegro sentía lo mismo.
Le respondió también con un "Te amo".
Y se abrazaron fuertemente.
Tan felices que, podrían llorar de la felicidad.
Al estar con el amor de su vida al lado.
Los calmaba.
Soobin pidió quedarse a dormir. Ni siquiera pidió, suplicó.
Sin embargo, Yeonjun le recordó lo que habían quedado. Por más que él también quisiera que su pequeño alumno se quedara a dormir con él.Un simple puchero y ojos llorosos fueron suficientes, como para que el acuerdo de irse a su habitación ni bien pasaran tiempo juntos, se rompiera. Con la condición de que se marchara en la madrugada.
Cuestión de tiempo fue, para que ahora Soobin recibiera besos en el rostro y labios, mientras que Yeonjun acariciaba la piel de su cintura como si fuera lo más frágil del mundo.
El menor amando las caricias que le daba, junto a besos cargados de amor.
Y con conversaciones triviales y jugueteos entre los dos, quedaron dormidos, abrazados y con sonrisas pintadas en sus rostros.
Sabiendo que arriesgaban mucho al romper aquel acuerdo. Sin embargo, haciéndolo por querer la compañía del otro, y no querer despegarse del contrario porque se sentían vacíos.
El sistema del Internado les favorecía notablemente, pero aquello... ¿duraría para siempre?
Después de todo, no sólo tenían que ocultar su relación frente a los demás, sino también hacer que se vea que esté a punto de romperse para los que sí sabían de aquella.
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♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆
FanficDesde que comenzó a estudiar para ser lo que quería desde niño todo cambió. "Cada día como carne, aún fingiendo querer ser vegetariano.", aquella frase ahora describía su vida desde que lo conoció. ¡Advertencia: 🕊; Contenido en contra de la exist...