XLIV

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Ninguno había dicho palabra alguna durante el camino al Internado.

Soobin solo temblaba ligeramente, con sus manos sujetando fuertemente la chaqueta de su mayor.

Tenía miedo a lo que iba a pasar, y no sólo él. También Yeonjun.

Sin embargo, no querían que terminara todo así.

Sentían que ayer hicieron mucho más, que sólo tomar un par de bebidas e irse a un hotel lujoso a dormir. Y aquello no podía catalogarse como una despedida.

Es por eso que, algo titubeante tomó la mano de Soobin, para entrelazar sus dedos.

—Todo estará bien, Soo...

Trató de animarlo con palabras que ni él mismo se creía.

—Hyung...

Y apretó suavemente el agarre.

A unos cuantos minutos, llegaron al lugar, y el portón eléctrico, sorpresivamente fue abierto de inmediato.

—¡Profesor Choi y joven Soobin! —exclamó entusiasmado el guardia de seguridad para acercarse al piloto.

Yeonjun solo cerró los ojos, esperando a que el guardia le dijera: "El director los llama."

Pero.

—Me alegro que estén bien... ¿no sufrieron alguna herida?, lo de ayer se veía muy peligroso... el señor Park se alegrará de verlos de vuelta sanos y salvos...

Sin dejar que alguno hablara, volvió adentro a llamar al mencionado.

—¿Qué?... ¿lo de ayer?—musitó algo preocupado, Soobin.

El mayor solo se quedó quieto en su lugar. Tratando de procesar lo que había pasado.

¿Acaso no habían cometido una grave falta?

Hasta que un anciano de cabellos canosos se acercó con una sonrisa enorme al auto.

—Profesor Choi, Dios mío, me alegro que estén bien. —juntó las palmas.—Pasen, pasen, deben de estar exhaustos...

No entendían nada.

Solo hizo caso a lo que el hombre de mayor edad le indicaba, y por consiguiente estacionó su auto en el estacionamiento del lugar.

Se relamió los labios para ver al frente y suspirar.

—Jun... por favor, ¿puedes... llevar esto?

Le extendió el bolso de ayer, dentro de ésta, la cámara.

—Claro...

Y colocándosela, bajó del auto junto a su pequeño novio, quien parecía estar nervioso a más no poder. Pero claro, él igual.

—Profesor, joven... ¿están bien, verdad?... espero que esas personas se arrepienten y encuentren el camino correcto... —comenzó a rezar en su lugar, negando repetidas veces.

Y aunque Yeonjun y Soobin no entendían del todo a lo que el viejo se estaba refiriendo, prefirieron seguirle la corriente a aceptar que estaban acabados y que no tenían excusa alguna.

—A-Ah... sí. —musitó Soobin, ladeando la vista.

—Estamos... bien. —respondió el mayor.

—Me alegro... como sé que pudo haber sido difícil, hoy tómense el día libre. Hoy no habrá clases para su salón, Choi. —habló comprensivo.

Después de todo, hacía falta de un pequeño cambio de las cosas, como para que su Internado sea gravemente ensuciado en reputación.

—Gracias... señor Park...

♰|Castigo de Dios ©yeonbin ¡◌⚟┆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora