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Dos años después de la partida de Lisa...

Me encontraba iniciando el camino hacia mi sueño por cumplir, finalmente ingrese a la Universidad Nacional de Seoul en la carrera de medicina, después de un arduo trabajo, de cada noche en vela que pase para llegar hasta aquí había valido la pena. 

Cuando no perteneces a una familia adinerada el esfuerzo es doblemente difícil en cuanto a calificaciones, y es lo que me toco hacer cada maldito día durante los últimos dos años en el instituto SOIL, un instituto que te garantizaba estar en las listas de ingreso pero a los becados les exigía un alto promedio de rendimiento. 

Finalmente, hace dos semanas atrás llego mi carta de aceptación a la Universidad, mi abuela lloro tanto cuando leímos el contenido de aquel sobre, me encontraba emocionado y aliviado pero las lagrimas ya no formaban parte de mi vida aun si quisiera nada me hacia llorar desde aquel invierno cuando tenia 16 años, días que aun elijo no volver a recordar.

-Osito- hablo mi abuela irrumpiendo en mi habitación.

-Abuela que dije sobre llamarme así...-conteste.

-Lo sé, eres un hombre de 19 años ahora, pero siempre seras mi osito- respondió acariciando mi cabello.

-Bien...- bufé.

-Hoy inicias tu carrera universitaria, estoy tan ansiosa- dijo entusiasmada. Sonreí.

-Lo sé abuela, desayunare algo leve y me iré- avisé.

-Aún no puedo creer que llego este día, pensar que podrían haber ido con ...- calló, cuando mis ojos la miraron en advertencia.

-Voy a prepararme, volveré tarde en la noche quede con Jimin después del trabajo.- explique.

Desde hace un año soy empleado de medio-tiempo en una tienda electrónica del centro comercial gracias a Jimin, cuando se mudo hace un año a Seoul su tío nos consiguió ingresar allí y ambos quedamos en puesto permanente. Jimin también ingreso a la Universidad pero en la carrera de Administración, por muchos años no comprendí muy bien a Jimin en muchas formas de las que se manejaba en su vida pero este ultimo año juntos, me acompaño en el proceso de experimentar el mundo de las relaciones-mayoritariamente sexual- debido a que ambos nunca nos enamoramos aunque por mi parte eso seria mentir, solo una vez me enamore y me rompieron el corazón por eso jamas permití que eso volviera a suceder

***

Estaba llegando a la Universidad y la brisa de perfume de arándanos invadió mis fosas nasales, la dueña del exquisito aroma paso a un lado, ella tenia largo cabello castaño debido a la brisa del viento golpeando su cabello se desprendió la dulce fragancia para los que pasaban cerca de ella. 

Solo pude ver su andar mientras se alejaba de espaldas, mi vista recorrió sus bonitas piernas expuestas en una falda algo corta que acentuaba deliciosamente la curva de su trasero, con una camiseta que marcaba su diminuta cintura, sin darme cuenta me quede observando su figura marchase hasta que fui interrumpido.

-Hey ¿presa nueva?- preguntó Jimin chasqueado los dedos frente a mis ojos.

-No lo sé, pero huele bien.-dije

-¿De que demonios hablas?-dijo desentendido.

-Nada... ¿Ya sabes donde tienes que ir?- pregunte por los salones asignadas.

-La 123 ¿tu?- preguntó.

-125- conteste.

Nos pusimos a andar hacia nuestras respectivas aulas. Hoy era el día de paga por eso y por nuestro inicio en esta Universidad iríamos a beber a SNOW después del trabajo, un bar sumamente famoso entre los universitarios, era el punto de ligue, donde todo estaba permitido y no nos vendría mal conocer algunas chicas nuevas.

***

Ingresé al aula 125 luego de despedirme de Jimin, quede impresionado por la dimensión de aquel espacio, tantos asientos como cantidad de personas no podría siquiera concentrarme en ver uno por uno los rostros de los presentes pero eso si, no pase por alto algunas chicas bonitas que me observaron con evidente coqueteo mientras buscaba un asiento disponible.

Nunca fui un chico que pasara desapercibido, aunque nunca me considere guapo quizás lindo de una manera más amigable, pero durante estos últimos años mi contextura física había cambiado, mi altura era bastante más que el promedio y los rasgos de mi rostro se habían acentuado más, pero no fue hasta mis 17 años que comencé saber como hacer uso de mis ventajas físicas para dejar que las chicas se acercaran a mi, todo un arduo trabajo supervisado por Jimin claramente, algo que ahora me era tan natural como si hubiese sido siempre así, aunque sabia que tiempo atrás pudo haber sido diferente...

La  clase había terminado cuando todos comenzaron a salir del aula, minutos después había dos papeles con números telefónicos sobre mi mesa, no sabría decir cuales de las chicas que constantemente me observaron en el transcurso de la clase eran las dueñas de aquellos números pero no me intereso, nunca contacto a nadie ni doy mi numero. 

Cuando termine de guardar mis pertenencias en mi mochila sentí la brisa de la fragancia de arándanos golpeando otra vez mis sentidos, gire de inmediato buscando descubrir el rostro de la dueña de la adictiva fragancia, pero nuevamente solo su espalda me saludo, maldición. 

***

Llegamos a SNOW con Jimin algo cansados por el largo día pero nada que un par de  cervezas y la compañía de algunas damas no pudieran solucionar. 

-¿Que tal tus compañeras?- pregunto Jimin de inmediato.

-Varias chicas bonitas, obtuve dos contactos ¿tu?-pregunte.

-Maldito con suerte, siempre van por ti- bufó- Hay varias chicas bonitas alrededor pero una es particularmente... uf- resopló, eso era nuevo en Jimin.

-¿Caliente?- pregunte.

-Definitivamente, pero...-sonrió- ella tuvo un debate con el profesor y termino ganando, es jodidamente inteligente.- habló embelesado con el recuerdo de aquella muchacha en mente.

-¿Que esperas? Ve por ella- dije.

-Lo intentaré, pero creo que esta fuera de mi liga.-admitió.

-¿Por que lo dices?- pregunte curioso.

-Es australiana, se ve demasiado lujosa para un simple mortal como yo- dijo con una sonrisa penosa en su rostro. Era raro ver a Jimin así de azotado, no era tan típico de él.

-Tu no eres así de cursi- agregue sorprendido.

-Nunca una chica me había impactado antes- contesto alzando los hombros.

-No todas las chicas ricas son malas, no la prejuzgues quizás tienes suerte.- aconseje

-Cierto que tu sabes de chicas ricas buenas- contesto entre risas hasta que mi rostro no se inmuto por su comentario- Lo siento, vamos a beber algo- cambio de tema.

No lo dije particularmente por ella aunque ese había sido un caso claro, hablaba sobre el consejo que mi abuela me había dado sobre las chicas de ciudad, sobre nunca juzgar a alguien sin conocerlo o sin saber su historia. 

Por mucho tiempo espere su llamado, que me contactara para escuchar su versión del porque se marcho sin dar explicaciones claras, pero jamas obtuve respuesta de su parte y me toco aceptar que jamás le importe, que simplemente estuvo a mi lado porque había descubierto su casi suicidio, un chico pobre que sirvió de distracción hasta marcharse. Ella jamás fue sincera conmigo.

 Ella jamás fue sincera conmigo

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Gaby :)

RESET- Taelice ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora