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No me alcanzarian las palabras para poder describir a la perfección todo lo que estoy sintiendo a través de este beso que estamos compartiendo como si el mundo se hubiese detenido por completo a nuestro alrededor, el silencio, el atardecer y nosotros dos. Podría haber sido en cualquier lugar, incluso pudo haber sido hace varios días atrás pero no, estaba siendo ahora y justo aquí.

***Flashback***

Hace 10 años atrás en Tailandia.

Estaba caminando en círculos en vueltas que parecían interminables, estaba tan enfadada con mi madre por haberme prohibido adoptar a ese pequeño gato que estaba solitario por las calles, todo por sus jodida alergia repetía a regañadientes.

-Cariño...-me llamó mi padre pero lo ignore porque mi enfado era más grande que mi capacidad de detenerme.- Princesa harás un agujero en el suelo...-dijo tomando mi brazo. 

Solté un bufido ignorando su rostro, mis ojos estaban cargados en lágrimas por la tristeza que cargaba conmigo. 

-No estes triste muñeca, sabes que tu madre...-intentó explicar.

-Es egoísta como siempre.-me queje con rabia. Pero mi padre tornó su rostro un poco serio, no le agradaba que tratara a mi madre con tanta frialdad, pero no podía evitarlo.

-¿Que dije de hablar deliberadamente mal de tu madre?.-reclamó. Baje la vista.

-Lo siento.-suspiré. Con su mano libre tomó mi barbilla y busco mi mirada. Finalmente lo mire y me sonrió con dulzura. Hice un puchero involuntario y no pude evitar sollozar, me aferró a su cuerpo y acarició mi cabello mientras mi llanto escapaba con tranquilidad contra su pecho.

-Es injusto papi, yo quiero tener a ese pequeño estaba solo, puede pasarle algo.-sollocé.

-Lo sé muñeca. Te prometo que vamos a encontrarle un lugar ¿sí?.-dijo nuevamente tomando mi barbilla.- No te enojes con tu madre, ella tiene alergia. No lo hace aproposito.-explicó. Asentí resignada.- Vamos, busquemos a ese pequeño y luego vamos a un lugar maravilloso.-prometió. 

Esa simple promesa me alivió. Aquella tarde fuimos por el pequeño gato abandonado y lo llevamos a un refugio de animales, amablemente me permitieron ir a visitarlo junto con los demás animales al menos hasta que les den acogida, jugué un poco con las mascotas y luego nos marchamos. Al salir del refugio nos dirigimos al lugar maravillo que mi padre me prometió. Luego de pasar por varios aperitivos y una larga caminata llegamos a la cima de una gran montaña. Una montaña que por ese entonces me era mucho más excepcional, tenía 9 años la primera vez que pise ese sitió, la vista fue excepcional desde el primer momento.

-¿Te gusta?.-preguntó mi padre con sus ojos divertidos acompañando la sonrisa de su rostro.

-Sí, sí, sí papi. Este lugar es impresionante.-dije mirando a mi alrededor, sujetando fuertemente su mano con temor a caer desde esa altura.

-Tu abuelo me trajo aquí por primera vez cuando tenía tu edad.-contó.- Hay una historia mágica oculta en este lugar.-comentó llamando mi atención por completo.

-¿Cual es papi?.-pregunté con curiosidad.

Se arrodilló ante mí para estar a mi altura, tomó mis manos y las unió como un pequeño rezo. E imitó mi acción quedando justo frente a mi.

-Si pides un deseo el universo te lo concederá.-habló.- Debes cerrar los ojos y desear algo de todo corazón para que se cumpla.-explicó. Mis ojos se ampliaron y un jadeo de sorpresa escapó de mis labios.

RESET- Taelice ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora