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IRENE

Uno no puede elegir la familia donde nacer y crecer. Mi familia era pobre, mis padres eran trabajadores a tiempo completo para que tanto yo como a mis dos hermanos pequeños tuviéramos siempre algo para comer, estaba negada a aceptar esa realidad pero tuve que aceptar mi destino.

Desde que era niña había escuchado incontables veces decir que era muy bonita, ¿pero de qué servía ser bella ante la pobreza que padecía? eso era lo que me repetía cada vez. Hasta que cumplí mis 15 años de edad, que finalmente comprendí que mi belleza era mi arma, mi seguro para forjar mi destino. Mi mejor amiga en ese entonces, Yoona, era una chica de buena familia y como pocas una chica de buen corazón. A pesar de saber de donde provenía ella me aceptó sin diferencia alguna, intentaba hacer lo posible para que siempre estuviera cómoda ¿pero como estarlo cuando ingresaba a su mansión? nuestras realidades eran diferentes, muy.

Recuerdo que sus padres me invitaron a acompañarlos a una boda en otra ciudad, naturalmente ellos se harían cargo de mis gastos por lo que después de insistir tanto mis padres aceptaron. Yoona estaba feliz de que no estaría sola, yo estaba feliz de conocer el ambiente de los ricos. Ella me prestó un vestido para esa noche, y en cuanto hicimos presencia en el lugar todos creían que yo era Yoona. Sí, mi rostro era digno de la alta alcurnia, y no lo negué aquella noche. Por primera vez jugue el juego de ser otra, de ser una niña rica más.

Al día siguiente de esa fiesta, los padres de Yoona le comentaron de una buena Universidad en Australia, como un buen plan para su futuro. Desde aquel día investigue todo sobre ese lugar, todo sobre las condiciones para acceder a la beca, las habitaciones para extranjeros y más. Me propuse una meta, aprender Inglés, ganarme la beca e irme definitivamente de este mugroso lugar.

Lo conseguí, todo eso fue puro merito mio, nadie me conocía allí y todos creían que era una niña rica coreana. Nunca me encargue de desmentir, nadie sabía de mi pasado y por suerte Yoona no había logrado calificar en promedio, esa era mi nueva vida.

En el tercer año universitario fue ahí cuando Suho apareció en mi vida. Un chico guapo más como otros que se habían acercado a mí, no tenía interés en él hasta que una de mis compañeras dijo algo interesante. "Dicen que Suho es el primogénito de una familia altamente poderosa" en cuanto escuche eso todo se torno diferente... Un niño guapo, interesado en mi, rico y sobretodo primogénito.

Comencé asistir a las fiestas que los estudiantes organizaban para cruzarlo casualmente, y como lo esperaba no dudo ni un segundo en pegarse a mi cada vez. Mis planes eran claros, pero jamás creí que sería tan buen novio, tan amable y atento. Un chico sencillo tal como Yoona, él se encargaba de cuidarme y hacerme sentir cómoda con cada cosa, y sí, me termine enamorando perdidamente de él. Lo amé mucho, tanto que ya no importaba su dinero, no me importaba nada más que nosotros dos en nuestro propio espacio. Salimos durante tres años completos cuando finalmente me confesé y le dije mi origen porque estaba segura de que no me juzgaría en absoluto y así fue, me acepto y no le importo.

Nuestro plan era graduarnos y casarnos como lo habíamos soñado. Pero no todo pudo ser felicidad pura, sus padres pincharon nuestra burbuja y se opusieron a nuestra boda... Jamás me sentí tan humillada en mi vida, ellos me despreciaron y revelaron mi cuna a todos, de una forma de la que fue difícil reponerme. 

Suho no luchó contra ellos como esperaba, me dejó con la promesa de volver por mi con total libertad, y eso no era lo que quería. Me hubiese bastado con que se quedara a mi lado con lo que el destino nos deparará, pero eligió su estatus sobre mí. Aunque su promesa se cumplió, nunca se lo perdone, acepte casarme con él por venganza contra sus padres, pero el amor, eso ya había quedado atrás.

Así fue que me comencé a enredar con cada chico rico que aparecía delante mio, sin importar su estado civil, su cercanía con la familia de mi esposo, nada en absoluto me interesó más que mi propio placer. Cada chico se terminaba volviendo aburrido para mí y lo descarté de mi vida de inmediato, pero luego llegó Chanyeol y por alguna extraña razón congeniamos bien, me sentí bien estando junto a él. Era exclusivamente mío. Hasta que comenzó a tener sentimientos más profundos y los desplantes hicieron que recurra a otros brazos, cosa que me jodío porque era con una maldita niña rica consentida, y entre juegos terminó enamorado de esa idiota.

Cuando nos mudamos a Seoul luego de las amenazas de la hija de los Park. Suho comenzó con sus viajes constantes y en mis noches libres busque consuelo en diferentes brazos, hasta que llegó un niño muy guapo a mi visión. Taehyung, me hizo sentir placer como ningún otro antes, y eso era jodidamente extraño. Nuestra conexión era fascinante, pero estaba jodido por alguien...Lisa, siempre susurrando ese nombre en sueños y pesadillas.

Cuando finalmente conocí a esa muchacha pude ver a simple vista que su belleza no era broma, pero su aura sofisticado era natural sin necesidad de disfraz, como Rosseane. Envidiaba eso con todas mis fuerzas. Me encabrone al ver en los ojos fríos de Taehyung un destello en su mirada cada vez que esa chica aparecía frente a él... creí que funcionaría esta vez. Si hubiese sido un niño bueno, no habría recurrido nuevamente a Chanyeol que tan oportunamente me contacto.

***

Estábamos en el exclusivo bar RESET. Recordamos aventuras divertidas que tuvimos frente a las narices de algunos, y algo en ese relato nos encendió la imaginación. Tomo mi mano y beso la parte superior en un camino de besos por mi brazo.

-Ví un pequeño cubículo al final del pasillo ¿Qué dices?.- preguntó lamiendo mi cuello. 

-Sabés mi respuesta.- desafié. Tomo mi mano y allí fuimos entre risas divertidas.

Entramos al pequeño espacio y entre besos hambrientos y desesperados me giro cara a la pared, levantó la falda de mi vestido sin dejar de besarme desde atrás. Gemidos escapaban de nuestros labios hambrientos cuando escuchaba el cierre de su pantalón bajarse, y sin mucha paciencia entró en mí con repetidas embestidas que hacían eco en el reducido espacio. 

-SÍ, sí.- gemí mientras mordía la piel de mi espalda descubierta.

La puerta de repente se abrió de un golpe, dando un tremendo susto. Nos detuvimos de inmediato y giramos en la misma dirección. No puede ser...

-Suho...-me congele. 

Gaby :)

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Gaby :)

RESET- Taelice ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora