4 ~ LA MANSIÓN

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Al parecer se estaba aproximando un resfriado, tomé otro pañuelo limpiando mi nariz levantándome de la cama molesta al recordar al responsable, si no fuera por él no estaría estornudando cada 5 minutos, Laurent había puesto todo un servicio a nuestra disposición, pero decidí tomar la iniciativa y bajar por algo de comer a la cocina así podría pensar y despejar mi mente, recorrí varios pasillos de la mansión antes de llegar al paraíso de muchos abriendo la nevera cuando una presencia me alertó.

—La tormenta dejo estragos de insomnio— me giré viendo a un Zander entrando por la puerta, se sirvió un vaso de agua bebiéndolo sorprendiéndome que a estas horas aún trajera un traje con un abrigo como si hubiera salido y acabara de llegar.

—Un insomnio y resfriado ocasionado por tu culpa— me queje comenzando a tomar las cosas para preparar un sándwich.

—Mi culpa? — se río de lado dejando escuchar su tono varonil como si lo divirtiera— Te recuerdo que fuiste tú quien me pidió que la soltara— al finalizar de hablar puso sus ojos fijamente sobre mí con determinación.

—Que me soltaras no que me dejaras afuera—termine de preparar la delicia con solo pan, Jamón y queso mordiéndolo devolviendo la mirada dejando ver mi molestia.

Zander tomó algunas especias de la alacena preparando un té cuidadosamente, el cual me dio minutos después deslizándolo en la barra observándome seriamente.

—Es para el resfriado— abrió la nevera tomando una bebida energética.

—Estás loco si crees que beberé eso— fruncí el ceño viendo la taza — que tal si quieres envenenarme y es una estrategia para que caiga en tu trampa — me cruce de brazos.

—Jamás dije que estuviera cuerdo— se giró hacia mí abriendo la lata— en una época el veneno fue la herramienta de asesinato de las mujeres, igual no te asesinaría de esa forma, contigo incluiría la tortura— esbozó una risa como si lo imaginará.

Tome la taza dudosa dando un sorbo evitando disimular lo bien que sabía, alce la vista viéndolo tomar de la bebida energética, quien rayos toma energizantes de noche? Bueno él ya lo había dicho, jamás dijo que estuviera cuerdo, pero sus ojos negros al igual que su cabello en un corte medio dejando caer su cabello lacio y era más alto que yo definitivamente decía que era una combinación de ambas, de locura y cordura, reí por esas palabras que se atrevió a decir, torturarme a mí? Definitivamente, esa idea era parte de su locura.

— Deberías ir con un terapeuta — comencé a caminar hacia la puerta.

—Lo hice, pero después la terapeuta no dejaba de
llamar— sentí su mirada sobre mí aumentando un poco la velocidad de mi respiración sin saber si era molestia o desagrado así que aspire y salí de ahí sin decir más.









Llegue hasta la habitación cerrando la puerta encendiendo la música por lo bajo; camine para llegar al baño, pero una maleta se interpuso en mi camino dejándome ver los vibradores en mi equipaje, una sonrisa pervertida se hizo presente tomando uno negro entre mis manos viendo mi reflejo en el espejo, quite la bata pudiendo ver la lencería color negra de encaje, detalle las partes de mi cuerpo tocándome lentamente y con delicadeza hasta que fui deseando un poco más, encendí el vibrador pasándolo por todo mi torso sintiendo cada vibración erizar mi piel haciéndome soltar sollozos aumentando mi respiración cerré los ojos humedeciendo mis labios acostándome sobre la cama recorriendo mi entrepierna lentamente mientras mi mano se apoderaba de mi pecho, dejé el vibrador entre mi intimidad comenzando hacer pequeños movimientos de fricción suavemente sintiendo emanar la humedad en la lencería, volví a tomar el vibrador metiéndolo poco a poco debajo del trozo de tela aumentando mis gemidos abriendo mi entrepierna lista para sentirlo dentro cuando su voz resonó en la habitación.

PSYCHO | (bilogía mentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora